Cuando no era capaz de pintar lo que sentía, Luís Seoane recurría a la palabra. Lo hacía a través de la prosa, por medio del teatro, la narrativa o el ensayo, pero también de la poesía, "una de sus facetas menos conocidas", según el actor Santiago Fernández, que llevará este viernes a escena una selección de sus obras poéticas con Episodios dunha vella historia. Fardel d'eisilado, Na brétema, Sant-Iago y A maior abondamento saldrán de la sombra de los pinceles del argentino con un espectáculo a cargo del intérprete, que expondrá las inquietudes sociales del artista acompañado por la música de Sergio López.

El recital-concierto comenzará a las 20.30 horas. Lo integrarán un total de 18 poemas, con los que Fernández hará un recorrido por el trabajo de Seoane en este género. La injusticia social, la Guerra Civil y el exilio serán las protagonistas de la primera parte del espectáculo, interpretado y dirigido por el actor, que terminará con los versos "más íntimos" del poeta, datados en la época de su regreso a Galicia. "Él vuelve para morir, así lo expresa en sus poesías. Y, de hecho, murió al poco de regresar", cuenta Fernández.

El actor se enfrenta en el recital a unos textos "durísimos y difícil de interpretar". El reto tiene su origen en el tipo de poesía que cultivaba Seoane, que Fernández define como "metálica, dura", "carente de metáforas y del tono meloso" propio de "un poeta de oficio". "Seoane no es un poeta de oficio, es un poeta de urgencias. Escribe poesía como escribía cuando se dedicaba al periodismo", afirma el actor, que contará en escena con Sergio López al teclado. El músico tocará una partitura especialmente compuesta para el recital, en la que ha tratado de "escapar de los cánones de la música gallega". "Su música subraya el texto, pero a veces no lo acompaña, sino que habla sola. Consigue que los 60 minutos del espectáculo pasen enseguida para los espectadores", asegura el actor, que estrenaba la pieza hace un año en la Fundación Luis Seoane.

En esta nueva oportunidad para disfrutarla en escena, Fernández hablará de la emigración desde las dos perspectivas con las que el autor las trabajaba. Por un lado, el exilio por motivos políticos que él mismo vivió y, por otro, las injusticias sociales del que "huye de un pueblo que no le da de comer", alternando entre la emigración gallega a América y la marcha, ya en los años 60 y 70, a los países europeos. En todos ellos situaba Seoane a la propia Galicia, construida en naciones extranjeras por los ciudadanos que se veían obligados a abandonarla. "Lo entendía como una contaminación positiva. En algunos textos, hace una referencia clara a las galicias de Nueva York, Berlín o Río de Janeiro, las galicias que hemos creado en el mundo", indica el actor, que señala los movimientos migratorios de hoy como una de las ventajas del espectáculo.

La realidad actual, llena de "migrantes que huyen por mil motivos", provoca, dice Fernández, que el espectador se sienta identificado con las palabras escritas hace décadas por Seoane. En ellas ve ahora el público "un canto a todos los emigrantes que tienen que buscarse la vida fuera de su país, desde el senegalés hasta el gallego que está sirviendo copas en Alemania", y que el pintor retrata como parte de una faceta que pocos conocían. "Mucha gente no sabía que era poeta. Queríamos mostrar al público este Luis Seoane", explica el director.

Tras la obra en el Colón, Episodios dunha vella historia continuará su camino por otras zonas de Galicia y España. Fernández no descarta seguir profundizando en la figura de Seoane con otros proyectos, como el montaje de la pieza teatral A soldadeira, cuyo autor, afirma el intérprete, no ha recibido el reconocimiento que merece. "Si Seoane fuera vasco o castellano, su figura estaría mucho más engrandecida, pero aquí somos propensos a minimizar a nuestros grandes hombres y mujeres. Tenemos una amnesia con los padres que han luchado por hacer una Galicia mejor, más reflexiva y más difícil de manipular", concluye.