Cargados de referencias literarias y con un aire nocturno. Así son los nuevos temas que Luis Moro recoge en El pacto, su sexto trabajo discográfico, que presentará este viernes 16 de febrero a las 22.30 horas en el Garufa Club. Junto a los miembros de su Tribeca's Band, el cantautor interpretará canciones como Noche, Lulú y Minibar, minibar, en las que habla de vivencias, viajes y auto aceptación.

- ¿A qué pacto se refiere?

-Es como un pacto conmigo mismo. Me vi muy solo para muchas cosas, en algunos aspectos. A lo mejor en el de estar acompañado por alguien no, pero en el de enfrentarse a proyectos en la vida sí. Y sentí la necesidad de autoexigirme cosas para estar contento conmigo. Lo que quiero transmitir es que estás satisfecho, ver las cosas buenas que hay y no pedirle más a la vida. Es un ejercicio muy difícil, pero sobre eso va el disco.

- Es un álbum conceptual, como sus últimos trabajos, ¿qué es lo que le atrae de este formato?

-A mí siempre me encantó el concepto de disco como algo homogéneo. Y no me lo he quitado, incluso en estos tiempos en el que las canciones se muestran de otra manera. También me atrae por la forma de componer. Me gusta unir todo en torno a lo que he sentido en dos o tres años de mi vida.

- Noche es el tema que ha escogido como single. Habla de Damajuana, ¿es allí donde nació?

-Sí. Fue a raíz de un espectáculo flamenco y una mujer con un poderío brutal. Era una gitana guapísima, con una de estas miradas que cautivan, en las que tú no eres capaz de sostener la mirada, sino que es ella quien te la sostiene.

- Budapest, Berlín... son otros de los sitios que menciona. Un imaginario muy amplio.

-Budapest es un viaje que hice y que se escribió ahí con lo que se sentía en el lugar. Y las otras ciudades? En Apolo Desolación quería reflejar un viaje en el que uno trata de buscar la reconstrucción. Para ese viaje elegí escenarios a los que viajé recientemente, e hice una mezcla entre los sitios en los que realmente estuve y en los que no.

- También se ha ayudado de la literatura. John Banville y Rosa Montero aparecen en sus temas. ¿Qué le marcó de sus libros para transformarlos en canciones?

-Rosa Montero me gusta mucho. Cuando estaba escribiendo Apolo Desolación, hizo una frase que para mí lo resumía todo: "Se improvisa la supervivencia". Me rompió, porque la supervivencia es natural, pero me dio la idea de que a veces hay que forzar algo para sobrevivir. En este caso, un viaje en el que te tienes que encontrar a ti mismo. La frase de Banville, "el pasado ya no late en mí como un segundo corazón", reflejaba cómo el pasado a veces nos impide ser felices. Ahora estoy mucho con la idea de vivir el presente en lo máximo que se pueda, y esa frase es como decir que lo estás consiguiendo.

- Con Lucía Rolle hace además un dúo en Lulú , ¿cómo ha sido componer con ella?

-Lucía y yo nos conocemos desde hace más de quince años. Este verano vino a A Coruña a hacer la portada, y cuando la tuvimos dijo "tengo una hora y pico libre, ¿hacemos una canción?". Empezamos a mover unos acordes y escribimos la culminación de El Pacto, que es estar bien con uno mismo, sin pedirle nada a nadie y sin fuegos artificiales. Y la grabamos. Ni se retocó. Es la primera vez que me pasa.

- Es una canción introspectiva. A usted lo definen como un "cantautor atípico", ¿se siente así?

-Puede ser, porque no tengo como fuente de inspiración a cantautores nacionales. Cojo más influencias anglosajonas o sudamericanas. Tampoco me fijo tanto en la métrica. Quiero que mis textos funcionen por sí solos, no porque tengan que encajar en la canción. No me sale pervertir el contenido de lo que digo. La historia prima sobre la melodía.