Los villanos toman el mando en la primera novela de David Sande, Nam, el rey, una novela de fantasía épica con la que el autor ha querido alejarse de los clichés del género. Escrita en un estilo cercano al guión cinematográfico, y protagonizada por los odiados de todas las historias, los malvados, la narración supone el estreno como escritor del coruñés, que estará esta tarde a las 19.30 horas en el Sporting Club Casino para presentar su novela.

Escribirla, confiesa el autor, es una historia que viene de lejos. Dos años ha tardado en gestarse Nam, el rey, un relato escogido entre los muchos otros que el escritor tenía en la recámara, y que se ha convertido en "el primer libro serio" del artista. "Siempre me ha llamado la posibilidad de escribir, desde pequeño. Barajé muchas historias hasta ahora", cuenta Sande, que se confiesa "agradecido" por su debut con Lautana Editorial.

En este estreno, el escritor parte de la originalidad. Cuenta el autor que "en la fantasía épica la mayoría de los libros son iguales", y que su intención "desde el principio" fue "hacer algo diferente". De la idea nació que fuesen los villanos, y no los héroes, los que protagonizan su obra, en la que tampoco encontrará el lector elegidos ni principiantes. "Mis personajes son poderosos. Se juntan en torno a la mesa regente de Nam, que hereda un reino en decadencia que tiene claro que quiere llevar a la apoteosis", explica Sande, que describe a su protagonista como "un misógino" para el que "el fin justifica los medios".

El país que reina, y en el que se desarrolla su aventura, es Yaliza. Se trata de un guiño a Galicia que no se queda en el nombre, sino que tiene sus réplicas en el clima de la nación, frío y húmedo, y en el nombre de alguno de sus personajes, como Breogán. "He querido meter un poco del mundo en el que vivo", admite Sande, que resalta, sin embargo, las distancias entre la ficción de su obra y sus verdaderas opiniones personales.

El ritmo de la trama, veloz, es otro de los aspectos que destaca. El coruñés define su novela como un relato libre de "carga moral" de fácil lectura, en el que ha tratado de "quitar" todo lo innecesario "para dejar lo mínimo". "Lo más importante que tiene es que está pensado para que sea muy dinámico. Lo puede leer cualquiera. No se pierde en descripciones, va a la historia", asegura el escritor, que pretende que esta sea la primera novela de muchas.

Nam, el rey estará seguido en la pluma del autor por Sandro, el no muerto. Con él desea Sande continuar explorando el género de la fantasía épica, que relegará posteriormente para embarcarse en el mundo de la literatura contemporánea.