En los años 80 Immaculate Fools triunfaba en los escenarios internacionales. Tras seis discos, la banda británica se separaba en 1997, para renacer hace dos años de la mano de su líder, Kevin Weatherill, y una formación gallega. La banda presenta ahora su nuevo disco, Keep the Blade Sharp -una mezcla del ritmo de los Fools con la influencia del nuevo hogar de Weatherill, Cambados- que sonará mañana en el Playa Club desde las 22.30 horas.

- ¿Por qué quiso devolver a la vida a Immaculate Fools?

-Todo el mundo me decía que tenía que recuperar Immaculate Fools. Yo decía: "No, no quiero hacerlo", pero la gente me seguía insistiendo y me rendí. Ahora estoy muy contento, es lo mejor que podía haber hecho.

- Han pasado más de dos décadas desde su tiempo con la formación original. ¿Cómo recuerda aquellos años?

-Fueron tiempos muy buenos. Fluía el vino, había chicas, mucho dinero? Y conciertos fantásticos. Lo disfruté mucho. Estoy escribiendo una canción sobre ello, de hecho. Estará en el próximo álbum.

- ¿Por qué la hace ahora?

-Porque acabo de retomar el contacto otra vez con Andy Ross, el guitarrista original, y son una gran cantidad de recuerdos los que se forman. No habíamos hablado desde hacía mucho tiempo, ahora somos buenos amigos otra vez.

- Con él formó banda durante muchos años. ¿Echaba de menos estar en un grupo tras su tiempo como Dirty Ray?

-Trabajar solo puede ser solitario. Me gusta tener una banda, si está formada por la gente correcta. Y no es fácil encontrarla. Pero ahora tengo unos músicos perfectos.

- ¿Cuánto hay del sonido original de los Fools en Keep the Blade Sharp ?

-Hay mucho. Si lo escuchas dices: "Oh, sí, esto es Immaculate Fools". Pero va a ser un poco diferente, porque estoy trabajando con distintos músicos. Aun así, en general estoy continuando con mi sonido y con la misma premisa: hacerlo lo mejor que puedo, y darle mucha importancia a las letras.

- Porque antes de ser músico fue poeta. ¿Cuándo empezó a ponerle música a sus poesías?

-Empecé cuando era muy joven. Fue una cosa natural, como abrir la puerta entre las dos cosas que amaba, la literatura y la música. Pero, oficialmente, lo hice cuando tenía 30. Yo tocaba para otra gente, y un día decidí hacer mis propias canciones, cantar y formar una banda. Tan pronto como lo hice, todo lo que vino fue bueno.

- ¿Y cómo son los temas que incluye en este disco?

-El 40% son temas antiguos que he terminado. Algunas canciones me rondan años y años y no las termino, porque estoy trabajando todo el rato. Aquí decidí terminarlas y ponerlas en el álbum.

- ¿Hay mucho de Galicia en él?

-Todo lo que he escrito viene de la inspiración de vivir en Galicia. La creatividad empezó a fluir, es muy bueno para la banda vivir aquí. Me gusta toda España, pero Galicia siempre me tiró más. Quizá es por la conexión con Escocia, pero siempre la sentí como una segunda casa. Y ahora lo es.

- ¿No extraña Reino Unido?

-No estoy interesado en volver a U.K. Viví en Gales durante veinte años, en las montañas, y vivo de un modo similar aquí, en un ambiente rural y cerca del mar. Es el mejor sitio en el que he vivido nunca. Gales era solitario para mí, especialmente durante los últimos cuatro años.

- ¿Cómo nació su amor por Galicia?

-No lo sé. Siempre me sentí conectado con ella. El paisaje, la amabilidad de la gente? Todo es un poco mágico aquí. Hay algo en el aire que no encuentro en ningún otro sitio. ¡Y está la comida, claro! [ríe]

- ¿Recuerda la primera que vino aquí?

-Creo que pudo ser en A Coruña, aunque no estoy muy seguro. Fue porque había una chica en Guitiriz que era mi novia hace años. Solía estar allí mucho, conocía a la gente del pueblo, la cultura?

- Usted ya lleva más de 30 años en la música, ¿ve lejos o cerca la retirada?

-Creo que la muerte ideal para mí sería tener un concierto fantástico y morir en el escenario [se ríe]. No voy a parar de hacer lo que hago, seguiré hasta que la audiencia me diga que pare, o hasta que no pueda hacerlo más. Y entonces no me iré a ningún lado. Moriré y seré enterrado aquí, en Galicia.