Un micrófono gigante manejado por cuatro operarios ataviados con monos naranja se paseó ayer por diferentes puntos de la ciudad registrando los sonidos cotidianos de las calles coruñesas. El ingenio comenzó su recorrido en la playa de Riazor y prosiguió por la plaza de Pontevedra y el Cantón Grande. Se trata de una experiencia del artista Chiu Longina dentro del programa de la exposición de arte sonora Nómosón, que se podrá visitar hasta el 27 de abril en la Normal, el espacio cultural de la Universidade da Coruña.

Longina define su proyecto como un intento de alterar la jerarquía de los sentidos que hace primar lo visual sobre lo sonoro y reivindica el legado sónico como un elemento documental de estudio válido.