Son muchos los padres que escogerían para su hijo el violín o el piano, frente a la batería. Que querrían que interpretase prestigiosas piezas de Bach, Beethoven y Tchaikovsky, y no el High way to hell, la metalera autopista hacia el infierno de los australianos AC/DC. A pesar de que todos exijan oído, constancia y esfuerzo para arrancarle al instrumento las notas correctas. "La música clásica se entiende como algo muy académico, y la moderna como algo para escuchar en la discoteca o en la radio. No debería haber esa separación", lamenta la profesora de teatro musical Lara Capeáns.

La docente de la escuela coruñesa Rock School, reivindicará mañana en el Palacio de la Ópera el final de esta brecha. Lo hará a las 17.00 horas con Rock in the School, un concierto en el que mostrará a golpe de guitarra, bajo, teclado y batería toda la riqueza de la música contemporánea. "El objetivo es ampliar la cultura musical de los espectadores, más allá del pop, el trap y el reggaetón. Y que, aunque solo les guste un estilo, se den cuenta de la importancia que tienen los demás", explica la artista.

En su tarea, Capeáns no estará sola. Otros profesores del centro la acompañarán para "abrir la mente" del público con canciones como Superstition de Steve Wonder, Spain de Chick Corea y Walking by myself de Gary Moore, a las que se sumarán el éxito de Michael Jackson Billie Jean y el multiversionado Enter sandman de Metallica. "Hacemos un recorrido por las distintas técnicas del funky, el jazz, el blues, el pop y el metal, y lo resolvemos al final con el rock", cuenta la profesora, que cierra el concierto adaptando High way to hell a los distintos estilos que se repasan en el espectáculo.

Su trayecto por la música moderna viene avalado por el éxito de la anterior entrega del show. Rock in the school triunfó el año pasado en su estreno llegando a cerca de 2.500 alumnos, que acudieron a las sesiones para escolares para ver cómo Lucy aprendía a tocar los distintos instrumentos. Este curso, han sido ya "más de 3.000" los que han visto el espectáculo, en el que se ofrece una segunda parte del concierto con el que el equipo del centro se presentó sobre los escenarios a petición de la Sinfónica de Galicia. "Esta vez hacemos algo diferente. Ahora Lucy ya tiene un pequeño bagaje musical, pero está muy metida en el rock, no sale de ahí. Eso sirve de excusa para que los músicos le cuenten la importancia de conocer diferentes estilos", dice Capeáns, que da vida a la protagonista.

La cita del sábado será la única oportunidad en la que el público general, y no solo los escolares, puedan disfrutar de su espectáculo, del que los docentes destacan su carácter participativo. A lo largo de la actuación, el público dará palmas, subirá al escenario y hasta sugerirá las notas sobre las que improvisarán los músicos en la parte del show dedicada al jazz, uno de los estilos que mejor acogida acaban teniendo. "Esperábamos que gustase más el rock, pero nos está sorprendiendo. Está funcionando my bien el jazz y el blues, dos estilos que podrían considerarse más alejados de los jóvenes", comenta la docente de teatro musical, que asegura que, a pesar del éxito, el formato de Rock in the school no es muy habitual. "De música clásica había muchos espectáculos, pero no había nada de música rock", añade.

El motivo principal es, indica, el "prejuicio" histórico que sufre este estilo en el ámbito educativo. "Cada vez se está borrando más, pero todavía queda esa reminiscencia en el rock and roll de la noche, los excesos y los malos hábitos. Juntar niños y rock estaba mal visto hasta hace poco", explica Capeáns, que ve en el crecimiento de su escuela la prueba de este "cambio de mentalidad". "Cada vez tenemos más niños y niñas. Los valores de la música rock no están reñidos con los educativos. No debería ser un género menor", concluye.