La fuerza del rap y el espíritu más zen suenan juntos en La estrategia de la tortuga, el debut en solitario del artista conocido como Ricky Hombre Libre. El músico, en plena gira de presentación del álbum, regresa esta noche a la ciudad para interpretar desde las 22.00 h. su repertorio en el Garufa, en el que cantará sobre temas como la pobreza, Galicia y hasta el veganismo.

- ¿Cómo se decidió a dar el salto a este primer álbum?

-Tuve un par de grupos antes, Ambito Kinitoh primero, y luego Seissenseis. Era un proyecto muy grande y nos separamos por cosas de la vida. Yo tenía alguna canción cantando solo, hice un vídeo, lo subí a Youtube y a la gente le gustó mucho. Eso me dio la energía para seguir.

- Y para hacer La estrategia de la tortuga . La escribió durante un viaje de más de un año por Asia. ¿Fue un viaje de inspiración?

-Al principio no iba a hacer ningún disco pero, como tenía tanto tiempo entre tren y avión, fui escribiendo. Me fui 15 meses con la mochila a viajar y estuve por varios países. Cuando me di cuenta, tenía 13 canciones.

- ¿De qué modo le inspiró Asia?

-Increíblemente, porque vivir cambiando constantemente? Te escapas un poco de la rutina, estás más a solas contigo mismo. También influye la cultura de allí, que tiene ese lado espiritual.

- Se refleja muchos en sus letras. ¿Le importa más el mensaje que la música?

-[Duda] Creo que tiene que ir a la par. Tiene que haber un equilibrio, pero sí es cierto que en este disco estuve más conectado con la letra, porque como estaba viajando, no tenía mucho acceso a productores. Tenía unas melodías, pero la música no estaba nada trabajada.

- Hay un tema, Vengo de Galicia , que le dedica a la tierra. ¿Influyó la morriña?

-Totalmente [se ríe]. Volví con ganas. Podía seguir viajando, pero llegó un punto en el que dije: "Tengo que volver". Y lo hice con ganas, porque echaba de menos la tierra.

- Repasa todos sus aspectos, desde la comida hasta la gente.

-Al principio iba a ser una canción para viajar. Tenía la melodía, pero me di cuenta de que tenía como unas gaitas, que en verdad es una zanfona. Y pensé: "Si hago un tema de Galicia, quiero incluir todo, no quiero que se me olvide nada, porque lo haces una vez en tu vida". A partir de ahí, la desarrollé.

- En sus letras se encuentra también una forma muy verde de entender la vida. Se ve en canciones como Go vegan , por ejemplo. ¿Falta conciencia ecologista?

-Sí, yo creo que sí. Creo que hay una tendencia en el mundo, sobre todo en occidente, a la individualización. No nos damos cuenta de que estamos conectados con todas las demás cosas. Si destruimos la naturaleza, nos destruimos a nosotros mismos. La gente está cada vez más en el móvil, en su propio ego, y le cuesta conectar con otros seres.

- En su disco también habla de egos, pero de los del mundo de la música. "El rap de los malotes en España prolifera", dice.

-[Risas] Es que tengo un personaje que me he inventado para rapear, que es Jack Desparramaflow. Se siente el mejor, y se dedica a darle caña a los otros raperos. Pero desde el mensaje de Ricky Hombre Libre. Les estoy dando un mensaje de amor, diciéndoles que hay muchos malotes en España, pero que el tiempo que se pierde odiando al otro, no se recupera nunca. En la escena hip hop, desde siempre está la chulería, y creo que tiene que madurar. Pero también hay mucha gente haciendo cosas positivas.

- ¿Sabe ya las que dirá usted en su siguiente álbum?

-Tengo grabado el esqueleto del disco. La esencia va a ser la misma, pero sí que va a haber experimentación musical. Me estoy centrando más en la producción. Al fin y al cabo, lo que nos gusta a los que hacemos músicas es cambiar.