El Centro de Investigación en Tecnologías de la Información (Citius) de la Universidad de Santiago de Compostela organiza la actividad Obradoirobot, que tendrá lugar el martes en la Domus. Su principal objetivo será, en palabras del profesor Roberto Iglesias, fomentar la interacción entre humanos y máquinas y ensayar un futuro en el que la presencia de estas invenciones en la sociedad será mucho más notoria.

El evento constará de tres demostraciones en las que los asistentes podrán descubrir cómo funcionan los diferentes robots, así como la forma en que estos perciben el entorno que los rodea. En la primera de ellas, los más atrevidos tendrán la oportunidad de enseñar al robot lo que quieran a través de un joystick. Este responderá a las peticiones expresadas, y podrá ser castigado por el usuario en caso de que se equivoque.

La segunda demo tendrá como objetivo asignar rutas predeterminadas al robot. Iglesias asegura que esto tiene una importancia vital de cara a una aplicación práctica. Por ejemplo, si una persona mayor vive sola y necesita de la atención de la máquina, también precisará que este conozca a la perfección la distribución de la casa para no "encontrarse" con algún obstáculo imprevisto en su recorrido.

La denominada robótica oblicua será la protagonista del tercer y último ensayo. Esta parcela de la robótica se basa en el funcionamiento de los sensores que la máquina lleva acoplados. Explica Iglesias que "no es lo mismo que la gente se encuentre a tres metros del droide que a diez". Es decir, el robot es capaz de distinguir por si mismo, con sus sensores lo que pasa cerca de él; pero a la hora de detectar ciertos estímulos lejanos, necesita "ojos" que guíen. Se consiguen colocando una serie de cámaras en aquellos lugares que los sensores de la máquina no detectan.

Llevado a la práctica, esto supondría que un robot-guía pueda atender a una serie de personas que entran en un establecimiento sin necesidad de encontrarse en la entrada del mismo. Esta función presenta dos configuraciones básicas posibles: una activa, mediante la cual la máquina acompaña a todo aquel que entra en el radio de visión de las cámaras; y una de carácter pasivo, con la cual solo acudirá si el usuario lo solicita.

El profesor Iglesias resume que mediante el estudio de la robótica oblicua se intenta lograr una mayor iniciativa por parte de los robots, aunque no se encuentren físicamente en el entorno en el que deben actuar.

Obradoirobot quiere ser una iniciativa que permita introducir en la robótica actual al ciudadano medio, enseñándole una serie de conceptos básicos mediante la interacción con droides cuya función tendrá que programar el propio usuario, siempre con la diversión como premisa principal. Los robots empleados serán los modelos Pioneer 3DX y 3AT, de MobileRobots, y podrán probarse en dos sesiones; de 11.30 a 13.30 horas y de 17.30 a 19.30 horas.