Un famoso ladrón de bancos, interpretado por ese holograma conocido por Nicolas Cage, es atrapado por la policía en uno de sus hurtos y, para evitar males mayores, decide deshacerse de las pruebas que lo incriminan, es decir, los millones robados. Hecho que, si bien reduce considerablemente la condena, levanta las comprensibles suspicacias en su compañero de fechorías, quien decide, años después, secuestrar a su hija adolescente para extorsionarle.

La película Contrareloj, ambientada en el mundo de los taxis de Nuevas Orleáns, es el típico producto de serie B que hace veinte años hubiera sido directamente a los estantes más bajos de los videoclubes, pero que hoy en día, quién sabe bajo qué amenazas, acaba en nuestra cartelera, para intentar entretener con un guión lleno de frases improbables, escenas de acción a ritmo de música ratonera, un malo con el pelo muy graso y una dirección que es más de tráfico que de actores, dada la gran cantidad de metraje que ocupan las persecuciones a motor.

El elenco de actores, encabezado por ese héroe de acción para toda la familia que es Cage, es para echarse a temblar, y con su ctuación minimalista consigue algo tan improbable como que el público simpatice con el banco, en vez de con el ladrón. Como ntretenimiento, no nos vamos a engañar, es barato, pero también hay que recordar cómo se ha puesto el entretenimiento en este país: un 21% más caro que hace unos meses.

EE UU. 2012. 110´.

Título: Contrareloj

Dirección: Simon West

Guión: David Guggenheim

Reparto: Nicolas Cage , Josh Lucas, Danny Huston, Malin Akerman, Sami Gayle