Título: Total Recall, EE UU. 2012. 118'.

Dirección: Len Wiseman.

Reparto: Colin Farrell, Kate Beckinsale, Jessica Biel, Bryan Cranston, Ethan Hawke, Bill Nighy, John Cho.

Si esto fuera una crítica de cine, empezaría diciendo: "En un mundo postapocalíptico y postcolonial, un obrero descubre que es, en realidad, un poderoso agente secreto y que sus recuerdos han sido alterados para evitar que se rebele". Debería seguir exponiendo que esta película es una versión de un clásico del entretenimiento de 1990, llamado Desafío total, dirigido por Paul Verhoeven, con Arnold Schwarzenegger. Para finalizar relacionando el hecho de que nuestras carteleras estén llenas de versiones de la misma época (Juez Dredd o Batman) con una actitud nostálgica por los ochenta/noventa como época de oro del cine de palomitas y que olvida los mensajes

neoliberales de esos relatos.

Pero, si hiciéramos eso, comprenderíamos tan sólo la mitad de la película, ya que lo que esta cinta deja claro es que su director, más que un autor, es un adolescente que maneja un espectacular videojuego: los personajes son planos dramáticamente, pero se mueven tridimensionalmente; la crítica social está hueca, pero las atracciones son continuas. En Total recall los recuerdos del protagonista son falsos, como lo son los de los espectadores que conmemoran las cintas de Schwarzenegger como grandes obras del pasado, y el futuro se convierte en un videojuego de plataformas. Así, mientras el protagonista descubre su verdadera personalidad, los espectadores descubrimos la nuestra: nos hemos convertido en jugadores de consolas.

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