Sabe elaborar a la perfección el ambiente irrespirable que se vive en una mansión rural inglesa de la segunda mitad del siglo XIX, sobre todo el clima de frustración y de angustia que domina a unos seres que se mueven por sentimientos cercanos al odio y al desprecio y en el que la joven Katherine, casada con Alexander, un hombre rico que la doble en edad y que no siente hacia ella nada que tenga que ver con el amor, no se resigna a su suerte de vivir sola y humillada.

Es un texto clásico de 1865, 'Lady Macbeth de Mtsensk', del escritor ruso Nikolai Leskov que ha adaptado a la pantalla la escritora Alice Birch con una notoria precisión en la recreación del escenario y en la caracterización de los personajes. Sobre una base consistente, ha volcado su buen hacer el director William Oldroyd, un hombre de teatro que solo había realizado una película, 'In mid wickedness', en 2013 e inédita en España.

Con un especial interés en acercarse de lleno a la figura de Katherine, que tiene en efecto elementos de Hitchcock, pero con unas dosis de sangre y de crueldad mucho más acentuadas, el director ha conseguido superar las dificultades que entrañaba diseñar un cuadro realmente terrible. Por eso y por la convicción que muestran los personajes, fue galardonada en los festivales de Tesalónica, Londres y San Sebastián (con el Fipresci de la crítica).

La polémica ha surgido precisamente respecto a la decisión de la guionista de utilizar a una mujer, la criada negra Anna, que no existía en el libro y de cambiar un final que da la impresión de no ser demasiado verosímil.

Pero al margen de eso, con sus partidarios y sus detractores, lo que nadie discute es la enorme fuerza de una figura, Katherine, que llena la pantalla y que asume el cometido de una mujer dispuesta a todo para lograr sus ambiciosos y macabros planes y vivir su gran pasión con un Sebastian que se ha dejado llevar por ella pero que aún mantiene un grado de conciencia y de humanidad.

El hecho de que salga a la luz un asunto íntimo de Alexander que revela que es padre de un hijo ilegítimo, conduce a un desenlace discutible pero demoledor.