El documental "2016: Obama's America", que retrata un tremendista segundo mandato del actual presidente de EEUU y se proyecta ya en más de 1.800 salas del país, va camino de convertirse en la exitosa versión conservadora de los filmes de Michael Moore.

En sus primeras siete semanas de exhibición, "2016: Obama's America" ha logrado recaudar más de 20 millones de dólares, es de largo el mayor éxito documental en lo que va de año en Estados Unidos y se ha estrenado tanto en grandes mercados como Los Ángeles o Nueva York como en otros más pequeños como Anchorage (Alaska) o Wichita (Kansas).

La cinta se basa en el libro "The Roots of Obama's Rage" (Las raíces del odio de Obama), del autor conservador Dinesh D'Souza, quien la ha codirigido junto con John Sullivan y pese a su marcado sesgo anti-Obama, o quizá por ello, ha atraído a millones de espectadores.

Si Michael Moore logró romper la taquilla en 2004 con "Fahrenheit 9/11", su demolición de los años de gobierno del presidente republicano George W. Bush, "2016: Obama's America" alimenta las visiones apocalípticas sobre un segundo mandato del actual presidente en la Casa Blanca.

De acuerdo a Dinesh D'Souza, quien participa también en el filme como narrador, Obama tiene una "ideología colectivista tercermundista" cuyo objetivo es "limitar la influencia de EE.UU. en el mundo" por considerar a Washington "una fuerza destructiva".

Últimamente, los republicanos han venido desconfiando de la industria cinematográfica de EE.UU. por su tendencia demócrata, algo que la pasada semana en la Convención Nacional Republicana el actor y director Clint Eastwood explotó en su comentado monólogo con una silla vacía en la que, supuestamente, se encontraba el presidente Obama.

En lo que se convirtió en el momento estelar de la convención republicana que designó a Mitt Romney como candidato presidencial republicano, Eastwood reprochaba a un invisible Obama sus promesas incumplidas y el mal estado de la economía tras sus cuatro años de gobierno.

"2016: Obama's America", sin embargo, da un paso más y se aventura a dibujar el sombrío panorama de lo que ocurrirá en los próximos cuatro si el actual presidente demócrata logra la reelección en noviembre próximo.

Con un escaso presupuesto de 2,5 millones de dólares, el documental, que viaja a Kenia, Indonesia y Hawai para seguir el rastro de la familia Obama y dibujar un hipotético futuro, ha basado su estrategia de promoción en el boca y oreja.

"La gente ve el éxito y cree que tenemos el presupuesto de promoción de "Dark Knight Rises" (la última película de la saga Batman), y probablemente lo que hemos tenido no alcanza ni siquiera para el presupuesto de catering de esa película", ironizó recientemente el codirector Sullivan en el New York Post.

En plena batalla electoral y cuando los equipos de campaña de Romney y el propio Obama se gastan millones de dólares (más de 400 millones en lo que va de año) en anuncios de televisión en los que se alaban y demonizan mutuamente, sorprende la capacidad de atracción del filme de D'Souza y Sullivan con muchos menos recursos.

No obstante, como productor figura un peso pesado de Hollywood, Gerald Molen, quien obtuvo el Oscar por "Schindler's List" en 1993, y es también responsable de otros éxitos de taquilla como "Rain Man" (1986), "Jurassic Park" (1996) o Minority Report (2002).

"Todas mis películas tratan sobre la verdad. Es importante para mí. Hemos salido del camino habitual para hacer una película justa y veraz. Estos números de taquilla me dicen que el público estadounidense está de acuerdo con este juicio", indicó Molen a Hollywood Reporter la pasada semana.

El productor del filme salía al paso así de las críticas recibidas por parte de medios progresistas como la revista "The New Yorker" cuyo crítico cinematográfico Richard Brody ha calificado el filme como "un trabajo de propaganda que ofrece insinuaciones en lugar de argumentos".

Asimismo, Molen, de 77 años, aprovechaba la ocasión para reivindicar la ideología conservadora del Hollywood clásico. "Cuando comencé en este negocio algunos de los grandes nombres de Hollywood en la derecha, como John Wayne y Bob Hope, no tenían miedo de mostrar sus visiones políticas. Hoy, aquellos en la derecha tienen una tendencia a esconder su bando político porque la izquierda es revanchista", explicó. "2016: Obama's America" busca ocupar ese hueco.