Los festivales, además de cine, ofrecen la oportunidad de ver el lado más humano de sus estrellas, de asistir a cómo Penélope Cruz se descalza dando entrevistas, tratar de escudriñar cómo es el pelo de John Travolta, conocer a la hermana de Susan Sarandon o cantar con Claudia Cardinale.

Es el lado humano de las estrellas el que las hace todavía más grandes y la historia del Festival de San Sebastián se escribe con Bette Davis fumando como un carretero quince días antes de morir o cuando Liz Taylor tuvo que improvisar un sari de gala porque habían perdido su maleta.

En este 60 cumpleaños, muchas han sido las estrellas que han venido a soplar la tarta, que han ido dejando sus anécdotas en la convivencia con la prensa y el público.

Una de las cuestiones más comentadas ha sido el pelo de John Travolta, uno de los cinco premios Donostia de 2012. Tras aparecer prácticamente calvo en "Salvajes", de Oliver Stone, subió al escenario del Kursaal y ofreció las entrevistas con un desconcertante arreglo capilar negro tizón. ¿Era injerto? ¿Era peluquín? En cualquier caso, no pasó el aprobado de los expertos en estética.

El actor de "Grease" y "Pulp Fiction" no deslumbró por su oratoria, más bien estuvo disperso, todo lo contrario que la apasionada Susan Sarandon, que aunque se deshizo en elogios hacia su compañero de reparto, Richard Gere, lo plantó en su visita a Getaria para comer y se quedó con sus dos hermanas -una de ellas, de un parecido espectacular- y su hijo de 23 años paseando por Donostia.

Penélope Cruz, estrella internacional jugando en casa, aprovechaba para quitarse sus altísimos tacones de Loubutin durante las entrevistas, sin dejar de ser profesional en ningún momento, algo que sí hacía Benicio del Toro, tanto en sus entrevistas por "Salvajes" como por "Siete días en La Habana".

Dos mitos como Claudia Cardinale y Jean Rochefort dieron anécdotas más entrañables que excéntricas. La protagonista de "El gatopardo", mientras esperaba a hacer las entrevistas, cantaba canciones italianas como "La bambola" o "L'italiano", mientras Rochefort repartía sonrisas con sus pantalones amarillos y sus tirantes verdes, divertido atuendo para un actor de 82 años.

Muy simpático estuvo Ben Affleck, que ensayaba junto al traductor algunas frases español para poder decírselas a los periodistas durante las entrevistas de "Argo", con acento chicano heredado de su emparejamiento fugaz y profesionalmente destructivo con Jennifer López.

El verdadero "show" público lo dio Fabrice Luchini, tan soberbio en su interpretación en "Dans la Maison" como desmelenado en la rueda de prensa, donde no dejó de lanzar a grito pelado citas ilustres, cantar "La bella de Cádiz" o incluso reprochar en tono amistoso a una periodista mexicana que abandonaba con prisas la sala.

¿Llegará Ewan McGregor en moto como hiciera el año pasado Michael Fassbender? ¿Cuál será el pintxo favorito de Dustin Hoffmann? Hasta que termine el festival el sábado se seguirán coleccionando las anécdotas. Y es que, a veces, la mejor expresión del glamur es la negación del mismo.