El actor texano Tommy Lee Jones, que debutó como director con la prestigiosa "Los tres entierros de Melquíades Estrada", volverá tras las cámaras con "The Homesman", película ambientada en Arkansas en la segunda mitad del siglo XIX y de la que ha hablado hoy con Efe en el Festival de San Sebastián.

En 1862, el gobierno de Estados Unidos publicó la primera Homestead Act, según la cual aquellas personas que consiguieran establecerse en los territorios más agrestes del país durante dos años se convertirían automáticamente en propietarios de los mismos.

"Mucha gente intentó asentarse en estos territorios, pero muchos no lo consiguieron y, en el mejor de los casos, sufrieron lo indecible por sobrevivir. Me interesó mucho esta historia, especialmente desde el punto de vista de las mujeres", explica en una entrevista con Efe horas antes de recibir el Premio Donostia del festival.

Eso sí, tardará todavía en activar el proyecto, pues requiere unas fechas muy específicas y no podrá tenerlas libres hasta 2015.

"Tiene que ser en marzo, porque necesito ambientes nevados y hierba verde. Espero que por esas fechas, en un plazo de cuarenta y cinco días, pueda obtener ambas", explica, mientras se reserva sus ideas respecto al reparto.

Y así, uno de los pocos actores de Hollywood que ha ganado un Oscar por una película de acción, "El fugitivo", vuelve a ese terreno emocional, de arraigo y desarraigo, de naturaleza y brutalismo, con el que triunfó en Cannes en "Los tres entierros de Melquíades Estrada".

En una entrevista en la que limita sus temas (prohíbe hablar de política o de disfunción eréctil, a propósito de la temática de su filme "Si de verdad quieres... (Hope Springs)", que se estrena hoy) y responde a cualquier cuestión reflexiva con un "yo no soy columnista de opinión ni psicoterapeuta", Jones solo se siente cómodo hablando de su carrera como director.

Imponente con ese rostro con viruelas capaz de abarcar el trayecto entre "En el valle de Elah" y "Men in Black", Lee Jones, nacido en San Saba (Texas, EEUU) en 1946, habla un poco de español, pero con pronunciación perfecta y reflexiona sobre la problemática de la frontera entre Estados Unidos y México.

"La situación de partida y mi amistad con Guillermo Arriaga fueron los dos factores que me impulsaron a dirigir. Hablando con Guillermo me di cuenta de que teníamos que hacer algo con lo que teníamos en común", explica.

Lo que tienen en común es una frontera "que divide una cultura que no está dividida sino circunstancialmente, a veces de una manera bastante destructiva, pero que tiene una fuerte identidad mayormente hispana, más allá de gobiernos o nacionalidades", asegura.

Con ese Río Grande tan lleno de atractivo para el cine clásico, pero que cose los conflictos de la frontera como él mostró de manera descarnada en "Los tres entierros de Melquíades Estrada", Tommy Lee Jones sigue luchando por el respeto a la cultura fronteriza y por eliminar "esa relación de abuso que se ha establecido durante años, marcada por los prejuicios"