Está considerada la más completa de las jóvenes actrices de teatro del país. Pero le produce mucho respeto que se lo recuerden "porque no es bueno acomodarse en nada en esta vida". Irene Escolar (Madrid, 1988) considera que hay que ser humilde. "Yo no soy suficientemente importante para ser humilde, pero si no lo fuera, el teatro me recordaría que ha de ser así porque está lejos de los brillos y el alcance del cine y, sobre todo, de la televisión".

Representante de la sexta generación de una familia de actores y creadores que incluyen a su abuela Irene y a sus tíos Julia y Emilio Gutiérrez Caba, es hija del productor de cine José Luis Escolar (Ágora, Perdita Durango).

Por ello, piensa que algo habrá en ese caldo genético que se transmite de padres a hijos "inyectándonos el deseo de estar cerca de los procesos de creación. Aunque también podría haber creado en mí un rechazo hacia la profesión. Y ha sido al revés. Siempre he sabido que quería ser actriz. Y es una suerte encontrar lo que quieres hacer en la vida tan joven". Debutó en Mariana Pineda a los nueve años, "jugando a la rayuela, que es lo que hacía mi personaje al abrirse el telón. Fue la primera vez que sentí esa emoción y ese calor del público que aún a veces me pone colorada. Es una de las pocas cosas que permiten una relación de persona a persona en tiempos de redes sociales".

Fogueada en espectáculos a las órdenes de Andrés Lima o Àlex Rigola en el madrileño teatro de La Abadía, ha destacado en montajes como Oleanna, Agosto o De ratones y de hombres, "gracias al trabajo, pero también a la suerte. Me dicen que soy muy radical porque antepongo el teatro al cine o la televisión. Pero es que los papeles que me ofrecen en los escenarios no aparecen en las series. No contados con esa complejidad y esa profundidad".

Pareja de otro joven actor, Martín Rivas, que también busca ahora su lugar en las tablas, Escolar acaba de estrenar La Chunga, de Vargas Llosa, junto a Aitana Sánchez-Gijón, en la que encarna a una desaparecida en circunstancias poco claras. "Mi personaje se forma del recuerdo que tienen los demás, lo que permite mostrarlo con muchos matices".