El actor británico Daniel Radcliffe continúa su paulatina transformación para alejarse del personaje de Harry Potter que le lanzó al estrellato en "Kill Your Darlings", estrenada hoy en el Festival de Toronto.

El filme, el primero del director estadounidense John Krokidas, explora un hecho real, el asesinato en 1944 de David Kammerer por Lucien Carr, para dibujar una semblanza de la "Generación Beat", el influyente grupo de escritores estadounidenses de la década de los años cincuenta.

La película es una de las dos programadas hoy por la muestra canadiense en la sección de Galas, junto con la china "American Dreams in China", que ha sido calificada como la versión china de "Social Network".

En "Kill Your Darlings", Radcliffe interpreta al autor Allan Ginsberg en su trayectoria de la Universidad de Columbia, donde conoce a Lucien Carr (Dane DeHaan), y su maduración en Nueva York, donde conoce a otro de los autores claves de la Generación Beat, William S. Burroughs (Ben Foster), amigo de Kammerer.

Con la serie de películas de Harry Potter concluida, Radcliffe se está apresurando a dejar atrás su personaje de aprendiz de mago juvenil por el que se le conoce.

En el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), Radcliffe está representado por tres películas, "Kill Your Darlings", "The F Word" y "Horns".

"En cada película que tengo en TIFF este año, hay alguna forma de desnudo. Hay un desnudo en 'The F Word', hay una escena de homosexualidad en 'Kill Your Darlings' y hay una escena de sexo en 'Horns'", declaró Radcliffe en una rueda de prensa.

"Así que me van a empezar a llamar exhibicionista", dijo con humor el actor británico.

La segunda gala de la noche, "American Dreams in China", está dirigida por Peter Ho-sun Chan, uno de los realizadores más famosos de Hong Kong y tiene como director de fotografía al prestigioso Christopher Doyle, australiano.

El filme narra la vida de tres estudiantes universitarios que en 1985 intentan emigrar a Estados Unidos. Sólo uno de ellos lo consigue, aunque rápidamente comprueba que el sueño americano no es lo que se imaginaban.

En su sexta jornada el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), uno de los tres más importantes del mundo, ha empezado a recuperar un ritmo más humano.

Las grandes estrellas de Hollywood, que se apelotonan en la ciudad canadiense en los cuatro primeros días de la muestra, han empezado a abandonar Toronto y con ellos, los grandes equipos, las series encadenadas de entrevistas y las fiestas.