El cineasta gallego Lois Patiño estrena mañana su película "Costa da Morte" en cines de Cataluña, Madrid, Galicia, Andalucía y Valencia, tras pasar por más de 60 festivales y alzarse con una docena de galardones y menciones especiales.
Entre otros, ha estado en los festivales Locarno Film Festival (Suiza), Viennale (Austria), International Film Festival Rotterdam (Países Bajos), Festival de Cine Europeo de Sevilla, REC Tarragona, Documenta Madrid, Márgenes, New York Film Festival, Palm Springs, San Francisco, Ann Arbour (Estados Unidos), FICUNAM (México), BAFICI (Argentina), IndieLisboa (Portugal) y Black Nights Tallin (Estonia).
Asimismo, "Costa da Morte" estuvo en cartelera en la Cineteca Nacional de la Ciudad de México durante más de ocho semanas, donde llegó a reunir 4.000 espectadores, informa la productora Zeitun Films.
La Cineteca del Matadero de Madrid acogerá mañana a las 20:30 horas la proyección del filme y, seguidamente, Lois Patiño mantendrá un encuentro con el público.
El director explica de la Costa da Morte que es una región de Galicia considerada el fin del mundo durante el Imperio Romano con un "dramático nombre" que proviene de los numerosos naufragios que se sucedieron a lo largo de historia en esta zona de rocas, nieblas y temporales.
"Atravesamos esta tierra observando a las personas que la habitan: pescadores, mariscadores, madereros... Somos testigos del trabajo que realizan, que les lleva a mantener, a la vez, una relación íntima y una batalla con la inmensidad del territorio", evoca en un comunicado.
De esta forma, el viento, la piedra, el mar o el fuego son personajes en este filme y, a través de ellos, nos acercamos al misterio que supone el paisaje, entendido como una unidad junto al hombre, la historia y el mito.
Para Lois Patiño, la Costa da Morte es un "lugar mítico antes que real" del que lo que más le inquieta es "su vinculación con la idea de fin y de muerte".
Así, en la película ha querido transmitir el relato oral de los habitantes de la zona donde se funden historia y leyenda "como un eco mítico que reverbera en el espacio" y, a través de una doble distancia perceptiva con respecto a la figura humana (lejana en la imagen, próxima en el sonido), busca poner en relación la inmensidad del espacio natural con la experiencia íntima de las personas.
