Su última película, 'Cinco metros cuadrados', aborda cómo una pareja puede entrar en crisis mortal por culpa de la burbuja inmobiliaria. "El desgaste que sufre su relación mientras luchan por la casa de sus sueños, por la que han pagado un dineral, y se enfrentan a quienes les han timado hace que lo que hay entre ellos se deteriore. Está basada en casos reales. Es que está claro que cuando a una pareja le truncan el futuro sólo puede salir adelante si los dos tiran del carro a la vez".

Tejero es ferviente defensor de la vida en pareja y asegura que lo que más le gustaría es formar una familia, aunque cada vez lo ve más difícil "por mucho que yo creo que he mejorado con los años y me encuentro más atractivo que cuando era más joven. Pero a mis 44 años, lo veo complicado. He tenido varias relaciones, pero sólo me he enamorado una vez. Estoy convencido de que hay una mujer para mí en alguna parte. Esto de tener pareja debería estar regulado por ley -comenta, divertido-. No hay nada como el momento de sentirse enamorado; el dejarse llevar por la pasión. Claro que puede ocurrir, como es mi caso, que la otra persona no se entregue tanto como tú y la sombra del fracaso no tarda aparecer. Es muy triste no sentirse correspondido".

Ante este panorama, no duda en explicar con detalle cómo se le debe "entrar" para seducirle. “En estos momentos tristes y melancólicos que vivimos, valoro mucho que una mujer me haga reír y que podamos divertirnos juntos y charlar sobre lo humano y lo divino. En cualquier caso, la mejor forma de iniciar una relación es mostrarte como eres: sin aditivos, sin conservantes ni colorantes”.

Proveniente de una familia numerosa -tiene un hermano y cuatro hermanas-, recuerda que desde niño ha estado rodeado de mujeres, porque los hombres de casa no estaban. “Hasta cuando salía a jugar a la calle, lo hacía con las chicas. Mi padre incluso llegó a pensar si yo era gay. Lo cierto es que me entiendo muy bien con ellas y con su facilidad para mostrar sentimientos sin complejos ni pudores. Por eso hay mejores actrices que actores. Como decía Spencer Tracy, esta es una profesión más de mujeres. A nosotros nos cuesta más enseñarnos por dentro”.

Admira de ellas su inteligencia y su capacidad para la estrategia "porque, no nos engañemos, si una mujer se lo propone es ella la que lleva la batuta en la relación". En el otro extremo, sitúa a las mujeres que son más machistas que los propios hombres "y que no sé hasta qué punto no es un mecanismo de poder que ejercen disimuladamente ante ellos: que parezca que se hace lo que ellos quieren, pero haciendo lo que a ellas les da la gana. Si no así, el machismo femenino no se entiende".

Les envidia -además de la maternidad- esa frialdad, "ese cierto retorcimiento que a mí me gustaría saber desarrollar y que les sirve para protegerse o vengarse, según proceda", afirma riendo. "No hay más que ver cómo se tratan entre ellas si se enfadan. Los proyectiles en forma de frases afiladas se intercambian sin problema. Eso sí, dos minutos más tarde son capaces de unir fuerzas ante un enemigo varón".

Admira a mujeres de personalidades muy diversas, "con las que me encantaría pasar una velada larga, larga. Luz Casal, por ejemplo. O Concha Buika, Lola Dueñas, María León y por supuesto Malena Alterio". Su compañera en Aquí no hay quien viva y en Cinco metros cuadrados es, confiesa, su pareja perfecta. "Siempre lo hemos dicho. Si ella no tuviera a su chico, estaríamos juntos. Sé que será amiga toda la vida, y eso da mucha tranquilidad". En cambio, no hay tantos hombres que le parezcan interesantes. "Pero ¡ojo!, también tengo amigos estupendos. El universo de los hombres es otro, y entre nosotros conocemos los códigos y si conseguimos entendernos, todo va como la seda. Yo soy hombre y estoy muy contento así, la verdad".

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