La actriz Ángela Molina, "espontánea, auténtica, arriesgada y original", ha sido galardonada con el Premio Nacional de Cinematografía 2016 "por su trayectoria profesional que viene desde sus primeras películas con apenas 20 años", han informado a Efe fuentes del Ministerio de Cultura.

En esta carrera ha dejado palpable "la estirpe de artistas de donde proviene, trabajando fuera y dentro de nuestras fronteras, marcando con sus interpretaciones la talla de actriz que la han hecho merecedora de numerosos reconocimientos y premios"

Así lo ha considerado el jurado del premio, dotado con 30.000 euros, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte a través del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales. En su fallo, el jurado ha destacado también su "amor y generosidad con cada uno de los actores y directores que ha trabajado".

El jurado ha estado presidido por Lorena González Olivares, directora general del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, y ha actuado como vicepresidenta Guadalupe Melgosa, subdirectora general de Promoción y Relaciones Internacionales del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales.

Entre los miembros del jurado se encontraba Fernando Rodríguez Trueba, galardonado en la anterior convocatoria.

Nacida en Madrid y tercera de los ocho hijos del cantante y actor Antonio Molina, sus hermanos Paula, Miguel, Mónica y Noel también se dedican a la interpretación y a la música. Su hija Olivia Molina es igualmente actriz.

La galardonada estudió ballet clásico, danza española y Arte Dramático en la Escuela Superior de Madrid y Luis Buñuel la eligió en 1977 para protagonizar, junto a Fernando Rey, "Ese oscuro objeto del deseo", película que le proporcionó renombre internacional y le abrió las puertas de la cinematografía europea.

Buñuel dijo de ella que poseía "el rostro de una virgen pagana", afianzando así el mito de mujer instintiva y pasional que conserva en su mirada cierto primitivismo.

En la década de 1980 se convirtió en rostro habitual de la gran pantalla, tanto en España como en Francia e Italia, con incursiones en el cine alemán y norteamericano.

Una fructífera colaboración con el director Manuel Gutiérrez Aragón afianzó su carrera con papeles principales en "Camada negra", "El corazón del bosque", "Demonios en el jardín" y "La mitad del cielo".

En 1985 recibió el Gran Premio de la Crítica de Nueva York y en 1986 el David de Donatello que otorga la Academia de Cine de Italia. Concha de Plata a la mejor actriz en el Festival de San Sebastián en 1986 por "La mitad del cielo", posee desde el año 2013 la Medalla de Oro de la Academia de Cine.