George Lucas nos devuelve al origen de la historia de La Guerra de las Galaxias, cuando Darth Vader no es más que un ilusionado niño de nueve años llamado Anakin Skywalker y Obi – Wan Kenobi es un joven y decidido caballero Jedi.

Este primer capítulo, espléndido por el arte, los diseños, el vestuario, la arquitectura y la tecnología, narra el peregrinar de Anakin cuando se lanza en pos de sus sueños y hace frente a sus temores en medio de una galaxia que es presa de la confusión.

Con George Lucas hemos hablado y observamos que no ha perdido ni un ápice de la ilusión del año 1976, cuando se estrenó La guerra de las galaxias.

Sus observaciones respecto al cine tienen mucho que ver con el concepto de arte, y cómo el cine no está lleno de especialistas, sino de artistas con mucha sensibilidad.

Los términos en los que se explica uno de los directores más rentables de toda la historia del cine son: la profundidad de campo, las diferencias entre el 2D y el 3D, y la importancia de la historia.

Con esos ingredientes es difícil que las películas salgan mal, ¿no?

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