Todo cinéfilo que se jacte de ello le gusta presumir de las películas que ha visto, escudriñar un plano, descifrar esa secuencia que para el espectador casual no tiene ningún sentido (bendito David lynch), vanagloriarse de conocer a fondo la filmografía del más desconocido de los cineastas... En definitiva, creerse un gurú del septimo arte. Hay mucho postureo en esto de saber de cine, y si no me creen echen un vistazo a algunas de las críticas que circulan por la red. Para ponerse a la altura de estos sabelotodo de la gran pantalla, o al menos intentarlo, no dejen de ver las películas que les proponemos a continuación. Podían ser cientos, pero hemos elegido diez para empezar. Habrá más.

'Ciudadano Kane' (Orson Welles, 1941)

La película más grande de todos los tiempos, como la llamó el American Film Institute, nunca falla en las listas de las mejores cintas de la historia. La opera prima de Orson Welles tiene entre sus grandes aciertos la fracturación de la narración a base de flashbacks que recrean distintos narradores. La cinta comienza con una enigmática palabra que sale de la boca de su moribundo protagonista, Charles Foster Kane (un magnifíco y camaleónico Welles). El prodigioso guion y la aquilatada fotografía de Gregg Toland la convierten en una película inolvidable y única.

'Pulp Fiction' (Quentin Tarantino, 1994)

'Reservoir Dogs' dejó el listón muy alto, pero el deslenguado director de Tennessee lo superó con creces en su segunda pélicula. 'Pulp Fiction' está plagada de diálogos y escenas para enmarcar que se fusionan con la música (temas míticos de funky, soul, rock...) como pocas veces se había visto. Tarantino dio una lección de planificación, montaje y dirección de actores, entre los que destacan unos inmensos John Travolta y Samuel L. Jackson. Ganó la Palma de Oro en Cannes entre algún que otro abucheo.

El baile de Uma Thurman y John Travolta. Vídeo: YouTube

'Ordet' (C.T Dreyer, 1955)

Una rareza que puede exasperar por sus largas tomas y ritmos pausados, por lo que exige un mínimo de paciencia por parte del espectador. El merito de Dreyer, que adapta una obra del dramaturgo y pastor luterano danés Kaj Munk, es que logra convencernos, sin efectos de por medio y con un realismo atroz, de que los milagros son posibles.

Escena de 'Ordet' ('La palabra'). Vídeo: YouTube

'La Dolce Vita' (Federico Fellini, 1960)

La obra magna de Federico Fellini. Vitalista a la par que crítico retrato de los excesos de la burguesía romana durante el verano de 1959. La dulce vida en la Via Veneto de la capital italiana de su protagonista, Marcelo Rubini (Marcello Mastroianni), no lo es tanto. Durante siete episodios asistimos al deambular de un escritor convertido en cronista de los famosos. Para el recuerdo queda el baño de la curvilínea Anita Ekberg en la Fontana de Trevi.

El baño de Anita Ekberg en la Fontana de Trevi. Vídeo: YouTube

'Grupo Salvaje' (Sam Peckinpah, 1969)

Peckinpah fue junto a Sam Fuller el gran forajido de Hollywood. Un cineasta indomable que vio cómo sus películas eran cercenadas sistemáticamente por sus arrebatos de violencia. El inicio de 'Grupo Salvaje' es de los que dejan con la boca abierta. Los títulos de crédito nos fusilan la vista. Y empieza la fiesta. El robo de un banco se convierte en un baño de sangre. Numerosos inocentes pierden la vida por cruzarse con una banda de viejos chacales. Las muertes en cámara lenta acentúan aún más si cabe el atronador arranque. Violencia para empezar y para acabar. Pike y sus chicos se dirigen a una muerte segura, no les queda más que la dignidad en un Lejano Oeste que hace mucho tiempo dejó de ser lo que era.

Escena final de 'Grupo Salvaje'. Vídeo: YouTube

'Crash' (David Cronenberg, 1996)

Nada que ver con la película del mismo título de Paul Haggis ganadora de tres Oscars. El 'Crash' de Cronenberg es malsano y para muchos espectadores, que abandonaban en manada las salas donde se proyectaba, indigesto y repulsivo. ¿Merece una oportunidad? Por su puesto, no en vano ganó el Premio Especial del Jurado por su audacia y originalidad en Cannes. Los accidentes de tráfico y la atracción sexual que generan, secuelas incluidas, en algunos individuos son el centro de una turbadora trama que el canadiense convirtió en una 'masterpiece' a su estilo.

James Spader y Rosanna Arquette en una escena de 'Crash'. Vídeo: YouTube

'Mi Idaho privado' (Gus Van Sant, 1991)

El que fuera figura clave del cine independiente yanqui dio en el clavo con este retrato sobre la homosexualidad, la prostitución juvenil y la indigencia. 'Mi Idaho privado' -título sacado de una canción de B-52- cuenta la historia de Mike (River Phoenix) y Scott (Keanu Reeves), dos jóvenes chaperos que sobreviven en las calles de Portland junto a una variopinta familia de marginados sociales. Ojo con la escena inicial.

Traíler de 'Mi Idaho privado'. Vídeo: YouTube

'Dersu Uzala' (Akira Kurosawa, 1974)

Akira Kurosawa recuperó el prestigio perdido en su Japón natal con esta cinta filmada en la extinta Unión Soviética y ganadora del Oscar a la mejor película de habla no inglesa. El maestro Kurosawa era un gran contador de historias y lo volvió a poner de manifiesto con esta épica producción que muestra toda la majestuosidad de la inhóspita tundra siberiana. 'Dersu Uzala' es un cuento de amistad entre un cazador nómada y un capitán del ejército de la Rusia de los zares, que se ve fascinado por la nobleza, sabiduría y gratuitud de un ser extraordinario.

El encuentro con Dersu. Vídeo: YouTube

'Infierno en el Pacífico' (John Boorman, 1968)

En plena Segunda Guerra Mundial, un piloto americano (Lee Marvin) llega a una isla desierta tras ser abatido. Allí establecerá una encarnizada lucha por la supervivencia con un soldado japonés (Toshiro Mifune) sin mediar una sola palabra. Todo un 'tour de force' para dos mitos del cine dirigidos por la batuta del irregular John Boorman, que logró aquí su mejor película hasta la fecha.

Lee Marvin y Toshiro Mifune en una escena de 'Infierno en el Pacífico'. Vídeo: YouTube

'Tetsuo: The Iron Man' (Shinya Tsukamoto, 1998)

Las influencias de David Cronenberg y David Lynch son más que evidentes en esta película experimental y sin apenas diálogo rodada por el japonés Shinya Tsukamoto. La fusión del hombre y la máquina (la nueva carne cronenbergiana) da pie a una fantasia surrealista fantasia surrealistaque no da un minuto de respiro en su escaso metraje.

'Tetsuo: The Iron Man'. Vídeo: YouTube