Los seguidores de Harry Potter podrán adentrarse en el mágico mundo creado por la escritora J.K. Rowling gracias a la apertura al público de los estudios londinenses de Warner Bros donde se grabaron las ocho películas del conocido mago.

Dos años después de terminar la segunda parte de "Harry Potter y las reliquias de la muerte", los estudios de grabación de Watford (al norte de Londres), de 14.000 metros cuadrados, abrirán de nuevo sus puertas a partir de este sábado para mostrar los secretos del rodaje de esta exitosa saga.

Durante los tours guiados por la instalación, los visitantes podrán pasear entre los escenarios de las películas, contemplar los miles de objetos mágicos creados y descubrir algunos de los efectos especiales que han maravillado a millones de espectadores durante una década.

"Es una oportunidad única de mostrar el increíble trabajo y el talento que hay detrás de cada escena. Hemos cogido los sets de rodaje, los vestidos y todos los objetos utilizados para que todo el mundo pueda admirarlos", dijo hoy el vicepresidente de los estudios, Dan Dark, en el acto de presentación.

La entrada a esta nueva atracción, que se abrirán este sábado en una ceremonia a la que asistirán algunos de los actores protagonistas, costará 28 libras (33,5 euros) para los adultos y 21 libras (25 euros) para los niños.

Desde el momento en que unas grandes puertas de madera se abren para dar paso al majestuoso Gran Salón de la escuela de Hogwarts el visitante queda absorbido por el fantástico mundo de Harry Potter, incluso aquellos que ya están acostumbrados.

"Cuando he entrado, me he sentido de nuevo aquel niño de 12 años que llegó por primera vez a un set de rodaje. Para mí este estudio ha sido como mi segunda casa -he crecido y estudiado aquí-, pero me sigue impresionando", dijo Rupert Grint, el actor que interpreta al mejor amigo del mago, el pelirrojo Ron Weasley.

Además del Gran Salón, se muestra la habitación de Potter en la torre de Gryffindor, el despacho del director de la escuela, Albus Dumbledore; la clase de pociones con centenares de frascos e ingredientes o la guarida del bonachón Hagrid.

En una zona adyacente, los visitantes pueden pasear por la calle Privet Drive, donde viven los tíos de Harry Potter, y por el mítico callejón Diagon, donde no faltan el banco Gringotts, la tienda de varitas mágicas Ollivander o el negocio de artículos de broma de los hermanos Fred y George Weasley.

Además de los escenarios de las películas, miles de objetos como escobas voladoras, libros antiguos, pelotas de "quidditch" o símbolos de la saga como la piedra filosofal o el cáliz de fuego se exhiben en los estudios para demostrar al público el laborioso trabajo artesanal previo al rodaje de cada filme.

Aunque un buen mago nunca revela sus trucos, la visita también explica al espectador algunos de los efectos especiales utilizados para recrear los hechizos, las explosiones o las fantásticas criaturas como dragones, elfos, arañas gigantes o los terribles "dementores" que aparecen en las aventuras de Harry, Ron y Hermione.

Para cerrar el recorrido, los estudios se guardan una de las piezas maestras de la muestra: una reproducción de la escuela Hogwarts utilizada para realizar los planos generales del castillo.

Una maqueta a escala 1:24 construida durante la primera entrega de la saga contiene hasta el mínimo detalle como lo demuestran las 300 luces de fibra óptica que se han utilizado para simular la iluminación del edificio.

Aunque esperan convertirse en poco tiempo en un centro de peregrinaje para los millones de seguidores en todo el mundo del conocido mago, los responsables del estudio también destacaron el valor cinematográfico de la instalación.

"Para estudiantes y cinéfilos es una oportunidad magnífica de adentrarse en el proceso de hacer una película", señaló David Heyman, el productor de la saga.