Uno de los rostros más populares de la televisión, Paco León, debuta en la dirección con Carmina o revienta,Carmina o revienta un documental ficcionado (o una ficción bien documentada), sobre su familia, y más específicamente sobre su madre, que ayer se presentó a concurso del Festival de Málaga.

¿En qué momento decide escribir y dirigir una película en la que, además, la protagonista es su madre?

Hace tiempo que llevaba creciendo en mi cabeza. Nace de las mil y una anécdotas verídicas de mi madre, cosas muy divertidas que le han pasado y le siguen pasando. Siempre pensé que con esas cosas había tema para una película. La historia ha tardado en encontrar la forma. Antes incluso pensé en transformarlo todo en un monólogo e incluso convertirlo en un guion para que lo hicieran actores profesionales. Pero me pareció mejor jugar un poco con la fórmula documental y que lo protagonizara ella para buscar esa verdad.

Las madres son difíciles de manejar. ¿Le costó dominar a durante el rodaje?

No. Ha sido muy dócil. A mí me hace mucho caso y me respeta muchísimo. Soy de las pocas personas en el mundo a las que ella hace caso. Ha sido muy fácil. Lo que no me esperaba es que, además, lo hiciera tan bien. Confiaba en sus dotes de contadora y en su carisma, pero no sabía que pudiera interpretar tan bien.

¿Siendo una cinta que cuenta cosas de su propia familia, ha dejado cosas fuera por pudor?

No ha habido mucho pudor. Estoy muy en paz con mis raíces, con quién soy y de dónde vengo. Y hay que estar en paz con todo eso para hacer algo tan biográfico. Pero, además, no he tenido pudor porque cuento con la coartada de la ficción. No se sabe qué hay de verdad y qué de mentira.

¿No ha pensado que por el lenguaje y lo escatológico de algunas escenas se pueda etiquetar su película como una comedia de brocha gorda?

Creo que el descaro y los pocos prejuicios en las formas y en los contenidos es un valor de la película. El público agradece que te pases. Está todo muy medido. Sé que en la película es todo políticamente incorrecto, pero a la vez es muy auténtico. A mí no me parece una comedia de brocha gorda, aunque entiendo que haya gente que piense que me he pasado. Sé que hay cosas que están al límite...

Como la escena en la que Carmina se hace de vientre en el coche...

Para mí ese momento habla de la libertad absoluta de un personaje que se permite cagarse en su coche. Para eso hay que ser muy libre. Para mí habla más de la libertad que de la escatología. Pero si la gente se sujeta las perlas por ello, pues lo entiendo, pero no lo comparto.

¿Le ha costado sudor y lágrimas levantar este proyecto?

No. Tengo la suerte de haber concebido este filme sin ninguna subvención. Con cuatro duros que he puesto yo, ganados honradamente haciendo el tonto en la tele. Y también creo que propone otra manera de hacer cine. No digo que la única ni que sea modelo de nada. Pienso que hay que buscar otras maneras. Si no hay subvenciones, el apoyo institucional es raquítico y después la taquilla no funciona, algo pasa. Tiene que haber otras maneras de producir.

Es decir, se ha convertido en empresa...

Sí. Yo soy mi productora. Y la película ha sido baratísima. Y espero que se recupere el dinero, que la gente vaya al cine y las televisiones la compren.

Aunque rechace ser ejemplo de nada, con su actitud sí que viene a decir que no es necesario llorar tanto para hacer una película.

Motivos hay, porque está la cosa fatal. Pero hay que trabajar, además que patalear. Más que quejarse hay que trabajar buscando nuevas maneras de hacer cine. Técnicamente ha habido una evolución. Ahora no hay celuloide y todo, rodaje y proyección se hace en digital, y eso abarata muchísimo y hace posible este tipo de películas, que está hecha con dos cámaras de fotos. Está claro que hay que revisar el mercado porque no funciona. A veces se gasta mucho dinero en producciones de corte americano que no interesan una mierda. Algo hay que hacer. Algo hay que proponer y no tener miedo de inventar nuevas maneras.

Pese ha jugarse los cuartos, asegura que el premio que más le interesa es el del público.

El único que me interesa. Es el termómetro de que hay un interés en las salas.

¿Estamos ante el inicio de la carrera de un nuevo director de cine?

No. A mí me encanta mi trabajo como actor. Soy actor incluso dirigiendo.