Son alegres y vistosos y casi inevitables en el paisaje playero. Son también de lo más variopinto, porque el chiringuito va desde el que ofrece cerveza con poco más hasta el que tiene poco que envidiar a un restaurante de altos vuelos.

Sea como sea, para disfrutar del chiringuito de la mejor manera vale la pena no olvidar lo siguiente:

El calor no facilita la digestión por lo que es importante elegir platos básicos y sin sofisticaciones. Una paella apetece mucho, pero si el calor es intenso, mejor pensar en opciones más simples.

€Hay que tener cuidado con las salsas. No es lo mismo una vinagreta que una salsa rosa. Si se tienen dudas, mejor una salsa en envase monodosis. El aceite, en general da pocos problemas.

Evitar, dentro de lo posible, las carnes o pescados crudos. Mejor un pescado a la plancha que un carpaccio y lo mismo con la carne. Además, al contrario de lo que se cree, los alimentos son más digestivos cocidos.

€Una ensalada como plato único es una buena idea si tiene los ingredientes adecuados: debe llevar algún alimento proteico (atún, huevo duro, pollo...), lógicamente, vegetales, y a ser posible algún farináceo (arroz, cuscús, pasta). Como siempre, la ración y el tipo de salsa acabarán de determinar el valor nutricional y la digestibilidad del plato.

€Si las opciones de platos cocinados no convencen, es mejor optar por el bocadillo.

Los fritos suelen ser un punto conflictivo en este tipo de establecimientos (y de todos los restaurantes en general). Si el chiringuito no es de total confianza, mejor unas patatas fritas de bolsa que unas fritas in-situ. Los aceites de las freidoras son un punto negro de muchas cocinas.

€Y hay que recordar que las bebidas alcohólicas no hidratan. Antes que nada hay que beber agua.