Cuantas veces nos habrá pasado que tras comprar frutas y verduras, estas se terminan pudriendo antes de que logremos darles salida en alguna comida. Por desgracia, esto sucede con más frecuencia de lo que nos gustaría y en muchas ocasiones es por simple desconocimiento.

Por eso, si quieres evitar que la comida se te estropee, sigue leyendo para conocer cómo conservar mejor los alimentos en la nevera.

1. Mantén la temperatura adecuada

La temperatura de la nevera no debe superar los 4ºC pero tampoco debe ser inferior a los 0 ºC. Si la temperatura es superior, empezarán a aparecer en los alimentos los microorganismos que son perjudiciales para la salud.

Si por el contrario la temperatura de la nevera se fija por debajo de los 0ºC, las frutas, hortalizas y verduras pueden estropearse o mermar su calidad.

2. No guardar todas las frutas y verduras en el mismo cajón

No es conveniente mezclar las frutas y las verduras en el mismo cajón de la nevera, aunque en un principio estén indicados para eso. Algunos de estos alimentos desprenden etileno de forma natural, un gas que hace que las frutas y verduras que se encuentran a su alrededor maduren antes.

Si quieres conseguir que tus frutas y verduras se conserven en condiciones óptimas en los cajones, guárdalas por separado en bolsas de plástico o tela.

3. Cada cosa tiene su lugar en la nevera

También hay que tener en cuenta que no todas las frutas se conservan a la misma temperatura. Algunas como las fresas necesitan temperaturas más frías para poder conservarse, por eso es recomendable situarlas en la parte más fría de la nevera.

Los melocotones, las manzanas, las peras o las ciruelas se conservan mejor en los cajones o las partes menos frías del frigorífico.

Tampoco está de más recordar que no es necesario guardar todas las frutas en la nevera. Los plátanos, las naranjas, las mandarinas, los limones o los aguacates se conservan mejor a temperatura ambiente.

La carne, el pescado, el embutido y el marisco se deben conservar en la parte más baja de la nevera, la zona más fría.

Los lácteos requieren menos frío y por eso se deben guardar en la parte central del frigorífico, donde la temperatura suele rondar los 4 ºC.

Los alimentos envasados, los huevos, las bebidas o las salsas tampoco necesitan demasiado frío por lo que su lugar perfecto es la parte de superior o la puerta de la nevera.

4. Los alimentos de origen animal

Si compramos carne o pescado en bandejas, podemos conservarlas así en la parte más fría de la nevera hasta que se utilicen. Pero si lo hemos comprado al corte, tenemos que envolver los filetes lo mejor que podamos, a poder ser envasarlos al vacío, para evitar su oxidación.

Las carnes picadas y sus productos derivados (como las salchichas o las hamburguesas) merecen especial atención ya que en su proceso de preparación han sufrido una mayor manipulación que el resto de carnes y por tanto tienen un mayor riesgo de contaminación.

El pescado debe guardarse debidamente limpio, ya que sus vísceras tienen una mayor carga de microbios.

Tampoco está de más recordar que no todos los alimentos de origen animal se conservan igual. Según expertos de la OCU, los filetes de ternera y cerdo se conservan en la nevera entre tres y cinco días, el pescado dos, el pavo o pollo entre uno y dos y los embutidos entre tres y seis.

5. Mantén la nevera limpia

Para conservar correctamente los alimentos en la nevera, lo mejor que puedes hacer es mantener el frigorífico limpio y ordenado. Si se derrama algún líquido, límpialo al momento para evitar la proliferación de microbios y que se contaminen los demás alimentos.

Revisa cada semana tu nevera para comprobar que toda la comida se encuentra en perfecto estado. Tira las frutas y verduras que estén estropeadas y fíjate en las fechas de caducidad de los alimentos.