Numerosos estudios han llegado a la conclusión que el consumo moderado de vino aporta beneficios a nuestra salud. Estos efectos beneficiosos provienen de los llamados polifenoles, sustancias químicas que se encuentran en esta bebida y que limpian los químicos dañinos del cuerpo a la vez que reducen inflamaciones.

Pese a que es de dominio público que una copa al día de vino tiene efectos positivos en nuestro organismo, la mayor parte de los beneficios que nos aporta son desconocidos. En este sentido, sabíamos de sus cualidades antioxidantes y de su beneficio para el corazón, pero las virtudes de esta bebida van más allá. En estas líneas, te contamos algunos de sus múltiples beneficios.

1. Es enemigo de la grasa

De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts, el vino tinto consigue activar un gen que impide la formación de nuevas células de grasa. Además, permite estimular las existentes para depurarlas e ir eliminándolas poco a poco.

Sin embargo, lógicamente no podemos basar nuestra operación bikini en el consumo de una copa diaria de vino. Para que los resultados sean visibles, una dieta equilibrada y libre de grasas y el ejercicio físico son imprescindibles.

2. Mejora las funciones de nuestro cerebro

Ha quedado demostrado que beber vinode forma moderada mejora nuestros procesos cognitivos. Además, ayuda a prevenir demencias y enfermedades degenerativas de nuestro cerebro.

Gracias a su elevada presencia de antioxidantes ayudan a reducir las inflamaciones, evita el endurecimiento de las arterias e inhiben la coagulación, por lo que mejoraría el riego sanguíneo.

3. Cuida de las encías

Hay compuestos presentes en las uvas que, tras haber sido fermentados, evitan en gran medida la aparición de los estreptococos y bacterias vinculadas a las caries. Si eres de los que te sangran las encías ya estas tardando en ponerte una copa. Además, es muy eficaz contra la gingivitis e incluso dolores de garganta.

4. Lucha contra el cansancio

De acuerdo con una investigación que apareció en The FASEB Journal, el resveratrol presente en las uvas mejora nuestra situación en aquellos días más apáticos o cansados, y disminuye las consecuencias negativas de una vida sedentaria.

5. Activador de placer y aliado del sexo

Al degustar el vino, se liberan endorfinas en dos áreas del cerebro que aumentan la sensación de placer, según afirma un estudio de la Universidad de California.

Además, los expertos coinciden en que el vino es un excelente aliado de la actividad sexual gracias a sus cualidades vasodilatadoras. Lógicamente, esto es así si no se sobrepasan ciertos límites, ya que tomar esta bebida en exceso tiene justamente los efectos contrarios a la hora de mantener relaciones sexuales.

6. Nos limpia el paladar

Las propiedades astringentes del vino ayudan a potenciar los sabores de los alimentos a los que acompaña. Así, se evita percibir de forma excesiva la grasa de la comida y consigue una sensación gratificante en nuestra boca al limpiarla.

7. Adiós al colesterol

El resveratrol, una sustancia que se encuentra en el vino tinto, ayuda a cuidar los vasos sanguíneos, evita la formación de coágulos y por lo tanto tiene efectos positivos para combatir el conocido como colesterol malo.

Además, el resveratrol tiene propiedades anticancerígenas y de control de la arterioesclerosis, la artritis y las enfermedades cardiovasculares.

8. Menor riesgo de cáncer

El vino, al ser un gran antioxidante, bloquea el crecimiento de ciertas células, como por ejemplo las responsables del cáncer de mama o pulmón. Esto es así gracias al resveratrol, que según han puesto de manifiesto varios estudios inhibe la acción de una proteína clave para la supervivencia y el crecimiento de las células cancerosas denominada factor kappa b(NF-kB), que se encuentra en el núcleo celular.

También hay estudios que demuestran que el consumo mantenido de siete copas de vino a la semana, reducen a la mitad los diagnósticos de cáncer de próstata después de los 40 años.

9. Aliado contra las infecciones urinarias

Gracias a los antioxidantes y a los astringentes, el vino logra evitar que las bacterias se adhieran a la vejiga o los riñones. Además, optimiza el filtrado y la depuración de estos órganos, por lo que es un buen aliado para prevenir las infecciones urinarias.

10. Hábitos saludables

Un estudio publicado en el British Medical Journal revela que los aficionados a la degustación del vino suelen comprar alimentos más sanos y tener una dieta más equilibrada que los consumidores habituales de cerveza. Según este informe, los enófilos consumen más aceitunas, frutas, verduras, quesos bajos en grasa, leche y carnes saludables.