El calabacín es una hortaliza que se cultiva todo el año. No obstante, es más típica en los meses de verano y a principios de otoño. Eso sí, sí es cierto que la temporalidad de las verduras y hortalizas depende mucho de la zona y del clima, por lo que existen variedades de calabacín desde extra-tempranas hasta extra-tardías, que se comercializan por igual en prácticamente toda España.

"Forma parte de la familia de las cucurbitáceas y está estrechamente emparentado con otros vegetales como la calabaza. Se suele cultivar en áreas de climas templados y fríos, aunque existen variedades que se cultivan a nivel de mar. Aunque gracias a la importación esta verdura puede encontrarse en el mercado prácticamente durante todo el año, la mejor temporada para comerlo es durante los meses de verano y hasta entrado el otoño (aproximadamente desde junio a octubre)", explica en una entrevista con Infosalus la dietista-nutricionista Sonia González Bailón.

A su juicio, se trata de una hortaliza sencilla, que no destaca tan fuertemente por ningún componente, como para que se la pueda tratar de 'excepcional', o para poderla llamarla imprescindible. Sin embargo, como la mayor parte de hortalizas y verduras, subraya que es muy baja en calorías, tiene muy poca fracción de grasas saturadas y sodio, y no contiene colesterol.

Destaca por la cantidad de potasio

Eso sí, la especialista resalta que esta hortaliza destaca por su cantidad de potasio, dado que está por encima de muchas otras verduras y hortalizas. Además, asegura que el calabacín también contribuye a garantizar los niveles de ciertas vitaminas como la tiamina, la niacina y la riboflavina; y de minerales como el calcio, el magnesio, el fósforo y el zinc. "Contiene cierta porción de fibra, sobre todo presente en la piel, y la pulpa es rica en celulosa", apostilla González.

Dado que es una hortaliza que contiene alrededor de un 94% de agua, la dietista-nutricionista indica que el calabacín nos ayuda a mantener un buen estado de hidratación, sobre todo en los meses más calurosos.

"Dentro de una dieta equilibrada y saludable contribuye a llegar a la cantidad necesaria de fibra que nos ayudará a mantener una buena salud digestiva y correcto tránsito intestinal. Asimismo, por su alto contenido en agua y la fibra que contienen, ayudan a estimular el efecto saciante y por tanto son adecuados en dietas de adelgazamiento", agrega.

Según precisa la experta, se recomienda consumir una buena ración de hortalizas y/o verduras en ambas comidas principales. "Así pues, un calabacín grande (unos 200 gramos aproximadamente) nos aporta parte de la fibra, vitaminas y minerales que nuestro cuerpo necesita diariamente", apostilla.

Además, González sostiene que el calabacín posee una "muy buena" cantidad de luteína y zeaxantina, dos polifenoles de la familia de los betacarotenos, que nos ayudan a mantener una buena salud de nuestras retinas, además de poseer un potente efecto antioxidante celular que ayudan a luchar contra los radicales libres dañinos.

Formas de consumir el calabacín

La dietista-nutricionista señala a su vez que el calabacín se caracteriza por un sabor suave y una textura carnosa, que lo convierten en una de las hortalizas "más versátiles de su familia". Por ello, defiende que puede consumirse en crudo, incluyéndolo en ensaladas o picados de hortalizas, y también cocinado (al vapor, hervido, plancha, asado al horno, por ejemplo).

"También podemos incluirlo en sándwiches saludables, cremas de verduras e incluso usarlo como verdura para rellenar (calabacines rellenos de verduras al horno, barquetas de calabacín hueco rellenos de pollo, entre otros).

Otra rica y saludable idea para comer calabacín es usarlo como base para montaditos o para formar capas de otros platos. Por ejemplo, podemos preparar una magnífica lasaña usando capas de calabacín en vez de hojas de pasta, o preparar un montadito de capas combinadas de calabacín, berenjena y tomate asado al horno", aconseja la especialista.

Para los más originales, recomienda preparar unos espaguetis de calabacín con ayuda de un pelador especial (parecido a un sacapuntas grande) para conseguir un atractivo plato de 'pasta' "mucho más saludable y menos pesado".

Cómo elegirlos

En cuanto a cómo elegirlos y conservarlos, González Bailón sugiere escoger aquellos que no sean muy grandes, ya que estos suelen tener una pulpa más dura y muchas más semillas. "Es importante que por fuera no tengan ningún signo de deterioro, manchas, golpes o zonas ablandadas u oscurecidas. El tono del color del calabacín no significa calidad, dado que es más una cuestión de variedad", agrega, para concluir indicando que en cuanto a su conservación, el calabacín es bastante sencillo de conservar, ya que puede durar hasta dos semanas en refrigeración.