No es casual. Me niego a pensar que lo sea. Han abierto la jaula, y han dejado salir a los niños a golpe de látigo en connivencia entre cadenas y papás. Todo por la pasta. Que no me vengan, ni me vendan, historias edulcoradas, monsergas sobre la ayuda a los otros, que no nos tomen por cretinos, que detrás de la ola de nenes en la pantalla hay adultos que no tienen escrúpulos.

Los hemos visto bailar, cantar, mostrar sus habilidades, ahora los sacan como monos de feria entre políticos de diente retorcido que salen a por todas, que son capaces de ponerse las ropas de corderito y abrazar a los peques con la mejor de sus sonrisas como abrazan a pensionistas con una mano mientras la otra le recorta por la noche, sin focos, la prestación. Subida a esta marejada de niños en acción, la productora Magnolia TV -Supervivientes, o Gandía Shore, ejemplos de televisión bajuna, zafia, de entretenimiento grosero que vende valores que abochornan y degradan- prepara un GH para críos con la excusa de que así los padres verán qué hacen sus nenes de 4 o 5 años.

No hay encierro, no hay nominaciones, no es un Gran Hermano al uso, faltaría más, es un "programa documental", dice la productora, tócate la mazorca. Qué barbaridad. Ya han empezado las audiencias para elegir a los niños. Ellos no tienen poder de decisión. Detrás, los padres. Es que la niña quiere ser cantante, y por eso se presenta a La Voz Kids. Es que el niño es un artista bailando, y por eso lo llevamos a Pequeños gigantes. Es que mi crío quiere ser tertuliano, o político, y por eso sale en 26J. Quiero gobernar. Con la jaula abierta, todo es posible. Todo por la pasta. Lo que me descoloca de los nenes espiados es que no es para Telecinco sino para el canal #0 de Movistar.