No conocía a Javier Estrada, que estrenó en La 1 la tarde del domingo ¿Quién manda aquí? Es un buen programa de domingo, de tarde de domingo, un buen programa para la pública, y una buena elección de presentador, que está en su punto justo de cocción, ni muy cursi, ni muy sobrado, ni muy envarado.

Lo hace bien, tiene soltura y empatía naturales. ¿Quién manda aquí? es un concurso en el que tres familias realizan una serie de pruebas y en las que participan grandes y mayores. Es un concurso donde el sentido de la competición no es lo más importante sino la excusa para jugar, para participar. Sí, es un concurso blanco. Ese tipo de programas que se pueden ver, muy relajaditos, con los más pequeños porque es un programa fácil, un entretenimiento divertido. Empiezan tres familias, pero al final sólo una consigue el premio. Hasta el premio es discreto.

No es frecuente, en un mundo de concursos marcados por el dinero, cuanto sea, pero dinero, que el premio sea un viaje en familia. Por cierto, en el concepto de familia que aplica el concurso pudiéramos pensar que en nuestro país sólo existen las familias de padres heterosexuales ya que ese es el tipo de familias que participarán, al menos en una primera etapa.

¿Censura de la televisión pública a las familias de padres o madres homosexuales? El mismo Javier Estrada responde. Hasta el momento, dice, no se han presentado familias homosexuales. Me lo creo. Sería ridículo que TVE jugara a darle la espalda a una realidad vivida con una normalidad tan cotidiana. ¿O sí sería capaz? Este no es el asunto ahora. ¿Quién manda aquí? apenas alcanzó los 900.000 espectadores, pero merece más audiencia.