Han besado a niños, abrazado a pensionistas, paseado las calles y visitado los mercados, tocado la guitarra, bailado, contado chistes, tratado de ser ciudadanos corrientes, y cuando aún no se diluyeron del todo esas imágenes de la campaña electoral del 20D ya tenemos de nuevo una tanda de nuevos aspectos de los candidatos.

Ya los hemos visto sentados en el magacín nocturno de Pedro Piqueras, otra forma de entretener para luego seguir con los que defecan detrás de los cocoteros de la isla de Supervivientes. Y hasta los hemos visto como los dioses modernos, dobles, en dos sitios a la vez, en dos cadenas distintas, y con las dos reinas de la mañana. Ana Rosa Quintana, rodeada de niños, en 26J. Quiero gobernar, con Pablo Iglesias. Y Susana Griso, picarona, en 2 días y 1 noche, también con Iglesias -con escasa audiencia, las dos-.

Así que por si aún quedaban rincones a descubrir del líder de Podemos, ya sabemos que no tiene un patrón de mujer de la que enamorarse y no tiene por qué haber afinidad ideológica para encamarse con ella, o sea, que sí, que una del PP también podría hacerle tilín. ¿Te ha ocurrido?, inquiere la periodista. Bueno, no así, pero química sí que hubo, responde el Coletas -claro que no me molesta que me llamen el Coletas, asegura, es normal en un país con nuestro sentido del humor-. El ambiente entre entrevistado y entrevistadora fue tan cómplice que rozó casi el cuchicheo entre amiguitos. Soy más de sexo de aperitivo y siesta, dijo Pablo en otro momento. Pues mira, te he traído un regalo, y Susana le entregó una caja, un juego sexual de dados. Los tiras y te puede salir morder, hacer cosquillas, chupar... Aún faltan 25 días. Esto se pone interesante.