Es indudable que La1 quiere renovarse, y la maquinaria echa humo. Para que tengamos un verano tranquilo ha decidido dejar para otoño el estreno planetario del hombre en el que se piensa cuando se dice renovación, actualidad, riesgo, atrevimiento, imaginación, uh, uh, uh.

Señores, señoras, con ustedes Bertín Osborne, el macho español como Dios manda, el anillo que andaba necesitando el dedo de la tele pública para brillar como una señora de buena familia. La cosa se llamará ‘En tu casa o en la mía’. Luego está lo que es irremediable, la vuelta a los 90 de la mano de ‘Tvemos’, una de vídeos de primera, pero con Elisa Mouliaá, la de ‘Águila Roja’, lo único que no huele a pis rancio, aunque con carencias de dicción, con lo fácil que hubiera sido llamar al original, a Alfonso Arús . La1 se sale.

‘Tvemos’ no lo emitiría ni Telecinco, y eso que Telecinco es capaz de emitir cualquier cosa. Es la televisión del derrape y la caída de la abuela, tan descacharrante, el topetazo del niño que corría hacia el cristal que no vio, la voltereta de la novia cuando se disponía a abrir el baile nupcial.

Si grabas, envía, dice TVE para animar al ciudadano a participar en el aquelarre, pero te advierten de que han de ser imágenes insólitas, impactantes, divertidas. Ni se te ocurra grabar las colas a las puertas del INEM, a los indigentes, grabar imágenes de gente protestando, de neveras tiritando. Eso no tiene ni puta gracia. Y además es ilegal. La ley -mordaza- está para cumplirla, y en eso sí es vanguardia TVE. Te vemos y no te creemos. Otro agravio más.