Icono de la cultura popular en general y británica en particular, Dr. Who es la serie de ciencia ficción más longeva de la historia televisiva. Acaba de cumplir 50 años entre fastos diversos, aunque la auténtica celebración en España tendrá lugar en enero, cuando el canal Sci Fi emita el capítulo especial rodado para la ocasión, visto simultáneamente en los cines de casi 100 países hace unas semanas.

Producida por la BBC y ganadora de un Bafta, la serie estuvo en antena sin interrupción de 1963 a 1989. La versión contemporánea triunfa en las televisiones de medio mundo.

El protagonista es un inteligentísimo alienígena de aspecto humano que trata de preservar este mundo de una raza de invasores que pretenden esclavizarlo. Lo evitará empleando la tecnología de su nave Tardis, a la que camufla como la típica cabina de policía londinense de los años cincuenta.

Su ir y venir en el tiempo le lleva desde la Inglaterra del siglo pasado a una Nueva York estilo Blade Runner.

La caracterizan efectos especiales más divertidos que espectaculares y el acierto en la elección de los actores. Peter Capaldi -el próximo- será el decimotercer rostro del Dr. Who, que tiene, entre sus dones, el de regenerarse con otra configuración física. Bien jugado.