La cantante Patricia Kraus, hija del tenor canario Alfredo Kraus, actuará este jueves a las 21.00 horas en el teatro Colón, donde adelantará un tema de su próximo disco, Ecos.

-Acaba de cerrar una trilogía de discos de jazz y música negra, y el próximo año sacará un nuevo álbum, Ecos

-El nuevo disco, que sacaremos en febrero del próximo año, va a ser música en español pero, más o menos, en el mismo estilo.

-Ya hay un adelanto, Alfonsina y el mar

-Hemos hecho una versión muy diferente, muy jazzy, con un toque de bossa, que va a sorprender bastante. Ha quedado muy bonita y la haremos en adelanto en Galicia.

-¿Hay poco repertorio de jazz en español?

-Todas las canciones buenas las puedes llevar a tu terreno siempre que las sientas. Yo no puedo cantar nada que no sienta. Llevo muchos años con esta banda, tenemos un sonido propio, nos entendemos y conseguimos hacer un sonido muy banda de Patricia Kraus con casi todas las canciones.

-Repite en todos los conciertos Ain't got no, I got life

-Sí, esa la canté siempre (ríe).

-¿Qué tiene que tener una canción para que la sienta?

-No lo puedo explicar, es algo que yo siento. Siempre hay ritmos que te gusta, y para mí es muy importante ponerme en la piel de lo que dice la letra. Creo que sería incapaz de cantar un tango, porque hay que sentirlo, hay que vivirlo.

-¿En Ecos

-Tangos no. Pero sí versiones de Silvio Rodríguez, o de Alejandro Lerner? También pertenece a mi infancia. Ecos es sobre todo un recuerdo de los ecos que había en mi casa, de los olores en la cocina, de la música que se escuchaba por la radio, en la tele en blanco y negro, de los discos que ponían mis hermanos? En aquella época había mucha música latinoamericana, y es un poco el sabor de esas grandes voces. Y mi trabajo de 2013, Divazz, es la música que aprendí luego, que me gustó, la música negra. Hago un giro más todavía a la raíz.

-¿Le influyó la tradición canaria de canto popular?

-Sí. En mi casa siempre se ha cantado mucho. Mi padre y mis tíos se dedicaban profesionalmente al canto, y somos tres hermanas y todas tocamos la guitarra, el piano, tocábamos en el salón de casa y cantábamos?

-Un sonido que nunca ha explorado es el del flamenco.

-En el disco nuevo va a haber una versión de Paco de Lucía y de Volando voy. No me atrevo a cantar flamenco, porque hay que mamarlo desde pequeño, y voy a hacer una mezcla con cómo yo canto. Hace mucho tiempo que la música es fusión, y el jazz es de los géneros que más se han fundido.

-¿Se adentró a la música negra solo porque le gustaba o también por sus posibilidades vocales?

-De la tradición de mi casa he cogido la admiración por las grandes voces. No me gustaba la ópera, y lo que hice fue fijarme en las grandes voces de la música negra. Ya que la voz es mi instrumento, es la mejor música para que me pueda desarrollar. Y aparte me gustan mucho los ritmos de la música sincopada.

-¿Por qué no se decantó por la ópera o zarzuela?

-Me gustan, forman parte de mi paisaje, me he criado en teatros, y he hecho una versión de algún aria. Pero no es lo que me gustaba cantar, no es lo que sentía dentro de mí.

-Su carrera fue dejando atrás los ritmos del pop.

-En los años 80, el panorama musical era bastante complicado, sobre todo para las mujeres. Fui buscando lo que pude. Tuve grupo desde los trece años, y antes de sacar disco hacía rock sinfónico (ríe) en el que también podía desarrollar la voz. Luego me fichó una compañía y me sacaron el disco en onda pop, pero francamente duré bastante poco en esa onda. Es bueno experimentar y darte cuenta de lo que te gusta o no. En ese sentido forma parte de mi trayectoria.

-¿Hubiera sido más fácil quedarse en el pop?

-Buf (ríe). Pero es que yo no sirvo para eso. Era muy rebelde. Al final la cosa no funcionaba, y soy mucho más feliz desde que inicié mi carrera. Es un camino mucho más difícil, ser independiente tiene un precio. Pero por otro lado tengo muchísimos bolos, y estoy muy contenta en el circuito en el que estoy. Tampoco me apetecía mucho ir por la calle y que te reconociera todo el mundo (ríe).

-Alfredo Kraus tenía bastante conexión con A Coruña y venía mucho a dar recitales. ¿Conserva parte esa conexión?

-Siempre hemos tenido bastante conexión. Mi padre era padrino de Marta Sánchez y fue amigo de su padre, el músico Antonio Campó, mucho tiempo, y ellos vivían en A Coruña.