La artista multidisciplinar y activista Simona Levi dirige Hazte banquero, una obra creada por las plataformas 15MpaRato y Xnet a partir de los correos de Blesa, adaptados para su representación teatral por Levi y Sergio Salgado. La pieza, que ofrece "un retrato del caso Bankia y de la cocina de la crisis española a caballo entre el drama y el esperpento", llegaal Rosalía este viernes a las 20.30 horas.

-¿Cómo surgió la idea de adaptar toda la información de la que disponían al teatro?

-Xnet impulsó 15MpaRato, que es el grupo que lanzó la acusación particular del caso Rato. Abrimos el caso Bankia y filtramos lo correos de Blesa que luego sirvieron para imputar a 64 personas por el tema de las tarjetas black. Haciendo esto nos dimos cuenta de que no ha sido tan complicado, que lo más difícil que hemos encontrado es que la opinión pública supiera este simple dato, que todo este caso no lo han hecho ni los fiscales, ni partidos políticos, ni Luis de Guindos, ni Pablo Iglesias, sino gente normal organizándose. El primer objetivo del espectáculo es explicar esto a los ciudadanos para que comprendan que lo puede hacer cualquiera.

-¿Algún otro objetivo?

-Dar a conocer los correos de Blesa, que están colgados en la web correosdeblesa.com. Nosotros hemos organizado las conversaciones para que todo el mundo pueda conocer este contenido, que abarca del año 2000 al 2009, y en el que se ve, sabiendo que Bankia es la séptima parte de toda la crisis del estado español, cómo han creado esta crisis con sus propias manos por su incompetencia. Además, está a punto de empezar el juicio oral de las tres piezas y queremos que toda la opinión pública conozca de primera mano la información para que, entre todos, no permitamos que haya ninguna sentencia que no haga justicia. Para nosotros es un poco utilizar el arte para acompañar el trabajo activista en los tribunales.

-¿Qué fue lo que más le impresionó en sus investigaciones?

-Lo que más me asombró de todo esto fue la sencillez de estos banqueros. Si hubiesen sido correos como los que nos imaginamos que circulan entre banqueros: hablando de números, complejísimas operaciones de bolsa... Lo más sorprendente es que son gente muy llana, y ver que lo que estamos sufriendo entre todos es por pura estupidez, que cosas a las que cualquiera de nosotros les hubiese prestado atención, ellos las pasaron por alto.

-¿Qué podrá ver el público sobre el escenario que no haya visto, leído u oído antes en los medios de comunicación?

-Bastantes cosas. Una de las que más nos impactó cuando hicimos posible la publicación de los correos es que dedicamos mucha atención a proponer a los periodistas líneas más políticas, por ejemplo, aquí hay temas de tráfico de armas, de quiebras, o de estafa masiva, mientras que lo que más recuerda la gente son aspectos de la vidas de estas personas. Yo creo que nos sirve para entender cómo funciona el reparto del pastel y si no se ha visto esta obra es difícil saberlo. Nosotros, que somos gente bastante activa políticamente, no lo habíamos entendido tan bien hasta que no nos metimos en este meollo. Cómo es un reparto entre iguales, donde da lo mismo que el partido sea de izquierdas o de derechas, la cuestión ahí es que los de arriba se reparten lo que debería ser de todos.

-Explican en la sinopsis de la obra que, contra todo pronóstico, cambiaron el final que tenían previsto. ¿Cuál era ese final?

-Una cosa que explicamos es que estas personas se consideraban intocables. Creo que a Rodrigo Rato hace seis años ni se le pasaba por la cabeza el tener el pasaporte retirado y no poder salir del país, o tener que pagar una fianza. Ellos en su vida han contemplado que les pudiese pasar esto.

-La función se enmarca dentro del teatro de datos, ¿qué les atrajo de este estilo?

-Se usa bastante en países como Alemania o Inglaterra y es la puesta en escena de datos macroeconómicos. Lo que nosotros hacemos de más es que le ponemos también una vena cómica a este tema, porque hay datos que son tragicómicos. Por ejemplo, hay un contador que suma lo que ha dejado por pagar Bankia, que son 147.000 millones de euros, que hemos pagado nosotros con el rescate.