Para todo autor teatral el estreno de una obra supone enfrentarse al vértigo de la reacción del público, pero en tan solo seis días Lola Roel lo hará dos veces, ya que hoy a las 20.30 se representará en el teatro Colón Retrato en branco e negro, mientras que el próximo martes será el turno de Mátame, que eu non podo en el Fórum Metropolitano. La primera pieza, interpretada por el grupo Ditirambo y dirigida por Santiago Fernández, aborda el enfrentamiento generacional entre una madre y una hija que regresa de Londres tras 17 años con "muchas deudas pendientes, mucho silencio y mucho rencor", según explica Roel, quien detalla que en esa casa "el tiempo parece haberse detenido" y Herminia, la niñera, interviene como "el vértice de ese ángulo".

El grupo Ateaco será el encargado de representar el martes Mátame, que eu non podo, en la que un hombre se rebela contra una ley que obliga a las personas a autoliquidarse al cumplir los setenta años. Roel expone con esta obra "la intromisión de los estados en la vida de las personas" y tras una vida profesional dedicada al periodismo, asegura que las tablas son ahora su pasión. "Lo que me gusta del teatro es que es provocador de reacciones y a los periodistas eso nos gusta", señala la autora, quien comenta la sorpresa que causa en las gentes del espectáculo la inmediatez con la que los periodistas quieren trabajar.

Lola Roel, que se inició en el mundo literario con la narrativa, está ahora volcada en el teatro, género en que considera que le resulta más fácil transmitir sus ideas. "Se ha colado totalmente en mi vida y forma parte de ella, porque vivo por y para el teatro", al que además tiene por "una obra de equipo en la que el autor es la disculpa para darle vida a una obra", explica.

Su primer estreno fue con la obra Eirugas y el grupo Ateaco, que fue publicada en la colección Scena, de la editorial Primera persona, en la que espera publicar esta misma pieza. Ya había publicado teatro en Fundamentos dos obras: Las ratas van a la oficina y Aullidos y humareda. "Mi editora en narrativa, Cecilia Monllor, me animó a probar con el teatro porque creía que mis diálogos son muy frescos y que tengo una visión cinematográfica al escribir", comenta sobre sus inicios en la escritura dramática, que fueron con la obra El guardarropa, aún no representada y que es una alegoría de la Transición.

"Me encuentro más cómoda en el teatro que en la narrativa, ya que encuentro la inmediatez en la respuesta del público", destaca sobre su preferencia por el género dramático frente a otros en el que el contacto con los lectores es más difícil. Roel no duda en abordar cualquier tipo de tema, ya que próximamente lo hará con los desahucios en La puerta. "No renuncio a plasmar en mis obras todos los problemas sociales porque eso es lo que tiene que hacer el teatro, plantear dudas y los conflictos que vivimos", afirma esta periodista, que estima que su oficio le ha ayudado en su labor teatral. "Si algo tiene el teatro es la concisión, ya que las palabras huecas no tienen cabida, y si algo sabemos los periodistas es saber ser concisos pero directos", concluye.