El músico, cantante y compositor Teo Cardalda forma parte del dúo Cómplices junto a María Monsonís desde hace más de un cuarto de siglo. Cardalda participará este viernes a partir de las 22.30 horas en el Festival Años 80, que se celebrará en la sala Pelícano y en el que también actuarán Jordi Sánchez de OBK, Tennessee, Modestia Aparte, Amistades Peligrosas y el Pulpo.

-¿Qué verá el público que asista a este festival?

-Será una actuación de amigos de toda la vida. Un concierto en el que tocaremos todos nuestros éxitos. Estos conciertos son un contacto estupendo con la gente que ha vivido esa época, que sigue siendo muy reivindicada constantemente por el público.

-Echando la vista atrás, ¿qué es lo que más echa de menos de aquella década?

-Yo echo de menos muchísimas cosas, sobre todo para la gente que está empezando. Creo que este país se ha ido un poco al garete en los últimos años a nivel cultural. Hay problemas sociales todavía muchísimo más importantes, pero yo creo que la gente nueva sigue teniendo muchos problemas para enseñar lo que hace, para conseguir salir adelante, para afianzar carreras a largo plazo como nosotros lo hicimos en su momento.

-En una ocasión afirmó que Cómplices siempre habían querido ser un grupo de de discos y no de singles, ¿una preferencia difícil de cumplir hoy en día?

-El problema es que realmente hay una obsesión por parte de las compañías por los singles. En los años ochenta las obras enteras eran lo que te creaba fascinación por la música. Las compañías cogen a grupos nuevos que si no funcionan en el primer disco ya no valen y los tiran a la basura. Nosotros una de las virtudes que hemos tenido es el acertar y el equivocarnos y seguir; cuando consigues meterte en esa dinámica es cuando realmente puedes hacer conciertos de canciones que unas tienen veinte años, otras diez y otras dos. Eso es lo bueno de un grupo y lo que ahora es difícil de conseguir.

-En ocasiones alude a Operación Triunfo como el fenómeno que más cambió los parámetros musicales de España en los últimos años. ¿Cree que influyó esto más que la difusión de la música en internet?

-Yo creo que Operación Triunfo convirtió la música en una especie de juego, porque el perfil de Antonio Vega no era el de Rosa de España o el de Bustamante; la música eran ensayos en lugares lúgubres, esfuerzo, misterio, intimidad y un resultado que era conectar con la gente. Operación Triunfo fue un desparrame y, a partir de ahí, fue un negocio tan gordo que cambió todos los parámetros apoyado por gente muy potente en ese momento como Rosana o Miguel Bosé, que son realmente artistas y que se dieron cuenta de que ese programa se había comido a toda la gente que creaba de la manera que nosotros pensábamos que era la normal. La Voz es exactamente igual, son concursos donde los beneficiados son los jurados, que no debería ser así.

-¿Aceptaría ser jurado de alguno de estos concursos?

-Eso nunca se sabe, porque aquí al final todos necesitamos vivir. De entrada, no es lo que a mí me gustaría, preferiría presentar un programa de grupos noveles y apadrinar a gente que quisiera hacer cosas, diferenciándose, y que quiera tener una vida decente a través de su música y sus creaciones.

-¿Conserva usted alguna esperanza en el futuro de la música española?

-La verdad es que yo lo veo todo muy negro. Después de ver el ambiente que hay en el Parlamento español nada más... Creo que hay muy poca esperanza, el IVA cultural, que es algo que se ha visto que no tiene ninguna razón de ser, no lo van a bajar. Yo hubo crisis en España en las que veía la luz, y en esta no veo la salida, es un momento muy delicado.

-Cómplices llevan cerca de treinta años en la música. ¿En algún momento han pensado en tirar la toalla viendo el cariz que ha adquirido la industria?

-No, somos testigos de todo lo que está sucediendo. Nuestra actitud ante la música sigue siendo la misma; yo sigo disfrutando exactamente igual cada vez que soy capaz de componer una canción y veo que me gusta, no sé hacer otra cosa, me dedico a esto y no voy a cambiar mi actividad y menos con la edad que tengo. Pero insisto, me gustaría ver un poco más de alegría a nuestro alrededor, no solo hablando de música, sino también de teatro, pintura... Estamos todos en una especie de bache que ya lleva demasiados años. Creatividad en España no falta, pero la gente no puede profesionalizarse y vivir de lo que hace.

-¿Cómo valoraría esas casi tres décadas de Cómplices?

-Creo que han sido unos años en los que hemos disfrutado muchísimo, hemos hecho lo que queríamos, y hemos podido descubrir América, que es un territorio espectacular, absolutamente diezmado también por la labor de los políticos y la corrupción pero donde, a pesar de todo eso, la gente sigue disfrutando con las cosas y sigue tirando para delante. A Cómplices le tengo que dar gracias sobre todo por todo lo que me ha permitido hacer y viajar, por estar con María, que ha sido mi compañera durante todos estos años y es una persona única para mí. Me siento muy orgulloso de este tiempo, con ningunas pretensiones ni ganas de estar en primera línea.

-¿En qué otros proyectos trabaja en este momento?

-Yo acabo de hacer el disco homenaje a Ray Heredia, estoy haciendo cosas para televisión, y con un proyecto sobre Valle-Inclán, una especie de obra teatral musical que posiblemente se hará en Vigo, y también produciendo, y escuchando a gente nueva.