La mirada de un vencejo común es una de las rompedoras perspectivas que Eija-Lisa Ahtila incluye en su muestra Ecologías del drama, abierta desde ayer en el Museo de Arte Contemporáneo. La artista finlandesa, especialmente conocida por sus trabajos cinematográficos, explora en esta retrospectiva la relación entre el ser humano y la naturaleza, poniendo un especial énfasis en las especies vegetales y animales como protagonistas. A través de cinco videoinstalaciones multipantalla y dos series de dibujos y fotografías, Ahtila derriba las perspectivas y las barreras entre el "yo" y "el otro", retratando en su primera exposición individual en España lo que ocurre en el momento en el que el espacio humano confluye con el del resto de seres vivos.

"Yo exploro las cosas que no vemos. Si vas a un bosque y alguien quiere construir un edificio, se permite porque se dice que está vacío. Pero en realidad no es así, no estamos solos", afirma Ahtila. "Algunos pensarán que no es tan relevante, pero para mí no hay nada más importante que mantener el planeta vivo", añade.

A pesar de que asegura que la creciente polución puede tener resultados terribles, el drama al que se refiere con el título de su muestra no es trágico, sino teatral; una dramaturgia con la que trata de "hacer visibles a las criaturas que nos rodean" y en la que apuesta con fuerza en su pieza Studios on the ecology of drama. En esta obra, central en la exposición, la artista se sirve de una proyección de cuatro canales para mostrar el cuerpo humano como un reflejo de otros animales. El vídeo, de 25 minutos, tiene, además de una actriz, protagonistas tan peculiares como un pájaro, un caballo y un matorral; y con ellos Ahtila establece constantes paralelismos, como el parecido entre una crisálida y una persona en el interior de un saco de dormir.

El concepto de los reflejos de Ahtila no solo está presente en Studios on the ecology of drama. La muestra cuenta con varios dibujos en los que la vegetación se transforma en otros seres, y de la que podemos pasar a formar parte si nos asomamos a alguno de los espejos que los componen. Las ocho fotografías de Los perros muerden se suman también a la idea mostrando a una mujer, amiga de la artista, que posa imitando los movimientos de los canes; y en Horizontal, una de las piezas cinematográficas preferidas de los visitantes, una pícea viva se mueve con el viento mientras un ser humano, en pie como ella, permanece debajo.

Además de plasmar el vínculo entre la persona y la naturaleza, la cineasta trata otras temáticas. Las relaciones familiares de Today y la pérdida de la noción del tiempo de la joven con psicosis de La casa son algunos de los ejemplos, caracterizados entre otras cosas por el sello personal de la artista: la ruptura, a través de la técnica multipantalla, de la perspectiva lineal. "Es evidente que no se puede ver todo de una sola vez, pero los vídeos están editados para favorecer este tipo de exposición. El sonido te va guiando, y las tomas son más largas", explica.

Gracias a estas obras más antiguas, se observa la progresión de Ahtila hacia los dramas de la ecología, un tema basado en los textos del pensador Jakob von Uexküll. "Al principio me interesaba más qué somos los humanos, pero luego el mundo empezó a cambiar con el calentamiento global. Vi que los pájaros ya no volvían de sus migraciones, y me di cuenta de la importancia de nuestra relación con otros seres. El encuentro con ellos, sin ninguna intención secundaria, es un milagro", alega.