La Mostra de Cinema Periférico, que calentaba motores el pasado viernes con el visionado del Fausto de Murnau junto a la Sinfónica de Galicia, dará comienzo mañana a su octava edición, "la más completa" hasta la fecha, según su director, Ángel Rueda. A partir de este miércoles y hasta el domingo, un intenso programa de más de 200 proyecciones reunirá a 35 cineastas de talla nacional e internacional como María Cañas y Cécile Fontaine, que acudirán a A Coruña para compartir con el público su particular visión del cine. Las actividades, que se desarrollarán principalmente entre Palexco, la Fundación Luis Seoane y el Centro Galego de Artes da Imaxe; incluirán talleres, performances y conferencias, y estarán englobadas en esta ocasión bajo la temática del found footage, una práctica creada por Joseph Cornell con la que el festival continúa persiguiendo el objetivo por el que nacía en 2009: el redescubrimiento del séptimo arte.

"Siempre pensamos que el cine es como una piscina, pero es un océano, y este festival quiere nadar en él", cuenta el director del (S8), que apuesta en esta muestra por "creaciones de autor" para las que la industria "no deja espacio".

De entre todas las programadas, el festival comenzará a las 18.00 horas con autoras como la viguesa Carla Andrade que, al igual que otros creadores, ha escogido la Mostra de Cinema Periférico para el estreno de una de sus últimas piezas. La proyectará como parte de Sinais en curto, un ciclo de cineastas gallegos al que seguirá el dedicado a Joseph Cornell. "Esta edición es un homenaje a este artista, un pionero del found footage", dice Rueda, en referencia a la práctica cinematográfica de emplear imágenes de archivo para crear nuevas películas. El primero de sus filmes que se podrá visionar será Rose Hobart, que el festival trae directamente del MoMa de Nueva York. "Es una pieza en la que no se ha grabado ni un plano", apunta Rueda, que ha articulado un repaso desde las primeras creaciones hasta las más recientes realizadas este mismo año.

El resto de los autores girarán también alrededor de esta corriente. A escala mundial, el director del (S8) señala al estadounidense Luther Price, que trasladará al festival otra práctica curiosa: "Tiene la visión de que un filme tiene que estar diez años enterrado antes de ser proyectado", cuenta, resaltando como uno de los alicientes de la muestra la oportunidad de ver "una de esas películas desenterradas".

Este descubrimiento que propone Price va parejo al hallazgo que el propio festival quiere lograr. Según Rueda, el propósito del (S8) es revalorizar el cine como "un espacio colectivo", una "experiencia" con la que "transmitir ideas". "El cine no es solo comprar la entrada, es meterse en una historia y creértela aunque sepas que no es verdad. Eso es magia", afirma el director.

Una magia que, asegura, debe llegar también a los más jóvenes. Para lograrlo, las mañanas del festival tendrán un objetivo didáctico, del que formarán parte actividades como la masterclass de María Cañas y el taller Mobileskino. También incluido en este ámbito estarán las nuevas becas artísticas que el (S8) ofrece en colaboración con Canadá. "Permitirá a los cineastas noveles hacer un proyecto apoyados por nosotros. Tenemos la obligación de acompañar a aquellos a quienes hemos metido el gusanillo del cine en el cuerpo", dice Rueda.

La última de las novedades de esta edición será el 8 Super 8, un conjunto de libro y dvd que el festival pondrá a la venta como conmemoración de su octavo aniversario. El disco contendrá retratos filmados de los visitantes, mientras que la obra estará compuesta por lo que Rueda define como "cartas de amor", misivas escritas por los cineastas sobre el Super 8. "Es como una celebración, el festival va a ser la ventana de lo que suceda en el cine del futuro", asegura.