El poder del arte como herramienta de transformación social se muestra más fuerte que nunca estos días con el VI Encontro Artes pola Integración, que comenzaba ayer en la ciudad con un espectáculo multidisciplinar en la Fundación Luis Seoane. El festival, que durará hasta el domingo, reunirá en distintas ubicaciones actividades tan variadas como talleres, conferencias, espectáculos y conciertos, a través de los que se intentará lograr una integración real en el mundo escénico de sus principales protagonistas: las personas con diversidad funcional.

"El encuentro nace con la idea de visibilizar a las personas con distintas capacidades físicas o psíquicas, e incluirlas", explica la directora del certamen, Carlota Pérez. La coreógrafa, dueña de la compañía Experimenta Danza, asegura que el arte es un instrumento decisivo "tanto a nivel terapéutico como de autoestima", y que puede llegar a crear "islas de normalidad en un lugar de reclusión", un hecho que lleva comprobando desde el 2009. "Hace ocho años me propusieron hacer un proyecto de inclusión social con los reclusos, con los que monté un espectáculo de teatro y danza. De allí pasé a hacer trabajos en sitios como reformatorios, centros de menores y psiquiátricos, hasta que finalmente nació este encuentro", cuenta la artista.

La de este año es ya la VI edición del festival, que se diferencia de los anteriores tanto por su programa como por el concepto en torno al que gira. La temática del Encontro Artes pola Integración es, en esta ocasión, la de la inclusión de los espacios, que han sido seleccionados en función de la actividad a la que más se ajustasen.

Este criterio puede verse claramente en actividades como la exposición Conversas co Ágora. La muestra, realizada por el fotógrafo Jacobo Ameneiro, llenará a partir de las 22.30 de mañana el Centro Ágora con imágenes de sus propios usuarios, con los que el artista ha intentado poner en valor la acción social del retrato. Junto a ella, se desarrollarán también el mismo día otras actividades, como el espectáculo Torre de Babel en el teatro Rosalía, del grupo de teatro A.C. Diversos y, de nuevo en el Ágora, el concierto del dj Pascal Kleiman, la actuación más destacada para Pérez. "Es un artista muy reconocido a nivel internacional, que pincha con los pies porque no tiene brazos", dice la directora, recordando que el músico francés también ofrecerá clases durante el domingo.

Precisamente ese será el día en el que se concentren todos los talleres. Los habrá de danza, teatro y artes plásticas, unos temas que se tratarán también, aunque en otro formato, a lo largo de las conferencias que caracterizarán las jornadas del sábado, y que se cerrarán también con la actuación de un Dj: beGun. "Será en la sala Búnker, un fin de fiesta más intimista", comenta Pérez.

A pesar de que asegura que han tenido que adaptarse a "un presupuesto muy modesto", la coreógrafa presenta esta edición como la más completa hasta ahora. Fomentará "el respecto frente a la diversidad" y permitirá que las personas con distintas capacidades se integren con normalidad en los circuitos, de modo que "empiecen a cobrar como cualquier otro artista".

Era un camino, apunta Pérez, antes impensable. "Nadie se lo planteaba", dice, señalando el apoyo económico como uno de los pilares a fortalecer en próximos encuentros. "Esperamos que con el tiempo se empiece a apoyar esta iniciativa de una manera más seria. Necesitamos más apoyo institucional y privado para dignificar y hacer crecer este festival", concluye.