Significa amor a la naturaleza, al otro y a uno mismo, y es todo lo que Vanesa Martín ha querido plasmar. Munay, el disco de nombre quechua de la compositora malagueña, sonará a las 21.00 horas del próximo sábado en el Palacio de la Ópera, después de un proceso de grabación que ha supuesto un antes y un después en su carrera musical. Con temas como Complicidad y Si me abrazas, la cantautora continúa hablando de sus temas clave, el amor y el desamor, dos ejes que presenta en este álbum a través de sus canciones más desnudas.

- ¿Cómo fue la transición a Munay desde Crónica de un baile , su primer disco de platino?

-Plantearse un nuevo álbum después de todo lo que me había hecho crecer Crónica de un baile supuso una responsabilidad brutal. Mi idea era superar el disco anterior, y me daba vértigo, pero llegó un momento en el que me relajé. Con el productor y el equipo en Los Ángeles, me limité a disfrutarlo y a verdaderamente vestir las canciones como me pedía el cuerpo, y creo que en el buen rollo que tenemos en la gira se refleja toda la alegría que hemos experimentado en la grabación.

- Dice que la Vanesa que se fue allí no fue la misma que regresó, ¿por qué?

-Porque antes tenía mucho ruido en la cabeza. Tenía mucha necesidad de naturaleza, de esencia y de desnudarme en todos los sentidos, y vine con una calma de allí? Mi madre me decía que estaba muy serena [se ríe]. Ahora lo que quiero es que las letras estén en un primer plano, y no tener que vestir las canciones con 440 elementos que no necesitan.

- Es una filosofía que siguió en Munay , una palabra quechua, ¿cómo se encontró con ese concepto?

- Munay llegó a mi vida a través de una amiga. Yo estaba terminando de grabar el disco, y tenía 400 títulos, pero ninguno me satisfacía. No reflejaban el álbum, así que le dije que le iba a mandar un texto que había escrito para el dvd del disco y a ver si se le ocurría un algo. Y de repente, apareció en la pantalla de mi móvil munay-ki. Cuando busqué lo que significaba me emocioné muchísimo, porque es una filosofía de vida que yo vengo defendiendo desde que tengo uso de razón: el respeto, la tolerancia, el que cada uno viva como quiera vivir, ese amor incondicional por todo? Pero no era consciente de que una sola palabra significase todo eso.

- Compuso sus canciones pensando en individuos, no en masas. ¿Se percibe esa diferencia de enfoque en el resultado?

-No lo sé, pero sí es cierto que cuando compongo es como si le estuviera cantando a una sola persona. No pienso en si voy a cantar ante 9.000 o 30.000, sino en contar la historia que me nace de dentro y me remueve, y hacerlo de la mejor manera posible para que me emocione. A partir de ahí, se trata de intentar que traspase y que llegue a la vida de otros.

- ¿Recuerda la primera canción que compuso?

-[Se ríe] Imagínate. Mi primera canción hablaba de un niño de mi barrio que me gustaba, lo típico. Yo tenía 11 o 12 años y lo veía llegar ahí con su moto desde mi ventana, un drama [se ríe]. Era una canción horrible, pero nos acompañó muchos años. Recuerdo sentarme con la guitarra donde nos juntábamos todos de aquella y cantarla con mis amigas. Pero era espantosa.

- Sin embargo ahora no solo compone para usted, sino también para otros. ¿Qué artista le hizo más ilusión que fuera a pedirle una de sus canciones?

-En el último disco de Rafael he compuesto un tema y para mí eso ha sido muy grande, porque Rafael?. Yo de pequeñita lo escuchaba en mi casa y veía las películas de Marisol y Rocío Durcal, en las que aparecía él de adolescente con todo su vozarrón y su magia. Me ha hecho mucha ilusión componerle Cada septiembre, y acercarme a él de alguna manera. También me encantaría escribir para Luz Casal o para Niña Pastori? Pero siempre que surgiera de manera natural.

- ¿Alguna petición le impuso respeto?

-Hombre, respeto me dan todas, porque es algo muy personal que le tiene que gustar a la otra persona. Tiene que sentirse identificada con la canción para que verdaderamente le apetezca cantarla y le guste. Sí que es verdad que Rafael me provocaba muchísimo respeto, pero en general me lo dan todos, porque nunca sabes si tu canción es lo que al artista le apetece contar.

- Es compositora, cantante y desde el año pasado escritora. Se ha zambullido en el mundo literario con Mujer océano , una propuesta de Planeta que al principio rechazó, ¿por qué?

-Porque me daba mucho pudor, pero me alegra haber aceptado. Es una de las cosas de las que más orgullosa me siento porque para mí fue un reto. Yo estaba en plena gira y era una locura, me recuerdo escribiendo en los aves, los aviones e incluso en el coche de camino al concierto. Escribí sobre los refugiados, la hipocresía de esta sociedad, el miedo, el paso del tiempo, mi madre? En el libro encontré una libertad diferente, complementaria a la música, pero donde no te condiciona la melodía.

- En ambas disciplinas narró cosas personales, ¿por qué sentía más pudor ante un libro?

-Porque creía que no iba a ser capaz. De pequeña yo escribía alguna cosa pero no pensaba que de mayor fuera a ser escritora. Y cuando me dijeron que íbamos a hacer un libro de poemas? Yo leía poemas de autores como Benedetti, y pensaba ¿yo, un libro? ¡Qué vergüenza! Pero al final lo hice, con toda la honestidad y toda la verdad con la que fui capaz, y me sorprendió mucho la acogida que tuvo. Vamos ya por la quinta edición, y para nada me esperaba algo así.

- ¿Y se volverá a animar?

-No lo descarto, la verdad, pero de momento estoy con la gira de Munay. Dentro de poquito va a salir el disco en Portugal e Italia, y eso hace que ahora mismo no tenga tiempo para meterme a escribir y hacerlo con calma y disfrutando. Pero quizá lo haga cuando tenga un descanso.