Julián Jesús Pérez Fernández presentó en la librería Arenas un interesante libro sobre la ópera del músico irlandés M. H. Balfe La joven gitana, versión más o menos fiel de La gitanilla -una de las novelas ejemplares de Miguel de Cervantes-, debida al libretista, Alfred Bunn. Hay que recordar que tres siglos después Antonio García Gutiérrez volvió sobre el tema de la obra cervantina (básicamente, la trama es la misma: el rapto de un niño noble por una gitana, solo cambia el que se trate de una hembra o de un varón) bajo el título de El trovador, drama que Verdi inmortalizó con su música.

La presentación estuvo ilustrada mediante la reproducción de algunos fragmentos de la ópera y la proyección de elementos diversos (cuadros, vitrales, estatuas, fragmentos de partituras) en torno a Balfe y su obra. Uno y otra, desconocidos por completo en la actualidad, a pesar de que, asimismo, uno y otra, gozaron de justa fama en su época. La ópera se editó en cuatro idiomas y fue llevada en triunfo por diversos países del mundo, desde su estreno en Londres el año 1843. Balfe, por otra parte, era un músico muy respetado, como violinista, cantante (barítono), director de orquesta (dirigió por primera vez la ópera Nabucco, de Verdi, en el Reino Unido) y célebre y prolífico compositor; además de veinte óperas, compuso 250 canciones. El gran director de orquesta sir Thomas Beecham afirmó que Balfe, "muy buen músico, inteligente y cultivado, fue la figura británica más importante del siglo XIX". Se escucharon cuatro fragmentos musicales: una de las dos oberturas y tres arias: la de la joven gitana (aria del sueño), la del conde Arhein (su verdadero padre) y la de Thadeus (su enamorado). En términos generales, lo escuchado pareció grato y de buena calidad. Se hicieron votos por la recuperación de esta obra. Los intervinientes fueron muy aplaudidos y el autor felicitado.