Las palabras de José Zorrilla sonarán este martes por Difuntos con la tradicional representación de su Don Juan Tenorio. Al igual que desde hace tres años, la compañía Noite Bohemia saldrá al escenario del Teatro Colón para dar vida al drama del autor vallisoletano, a cuyo homenaje se suma este año el bicentenario de su nacimiento, y que unirá sobre las tablas tanto a nuevos intérpretes como a veteranos de funciones anteriores. Síntesis, el término escogido por su director Ricardo Martín para englobar la propuesta de este año, será el subtítulo de la pieza, que comenzará a desarrollarse a partir de las 20.30 horas.

El montaje y el libreto serán los mismos que los del año pasado. Se repetirán también participantes de otras representaciones, caracterizadas por el tinte monográfico que les confería estar protagonizados solo por jóvenes (2014), mujeres (2015) y personas de la tercera edad (2016). En esta ocasión, el director de la obra ha decidido romper el hábito y apostar por un elenco diverso, integrado por 17 intérpretes aficionados con edades comprendidas entre los 20 y los 80 años. "Este año los personajes masculinos los harán los hombres, los femeninos las mujeres y los mayores la gente mayor", señala Martín como principal novedad, indicando que todo están preparados para "darle continuidad al proyecto con el mismo espíritu que al principio".

A diferencia de en ediciones anteriores, sin embargo, la representación no contará con el amparo del Colón. Los cambios de gestión del edificio han desembocado en que, por primera vez, Don Juan Tenorio no se trate de una producción propia del teatro, algo que ha tenido efectos tanto en el presupuesto como en el planteamiento de la función. "Nos dejaron el local y punto, tuvimos que buscarnos las habichuelas", cuenta el director, que define su propuesta del 2017 como "la más sencilla" ante la "novedad de no tener apoyo institucional". La ausencia de amparo ha llevado a la compañía a "innovar" partiendo de un "presupuesto 0", que en representaciones anteriores cubría el Colón y que esta vez ha asumido Noite Bohemia. "Esperamos cubrir gastos con los ingresos de las entradas", dice Martín que no cree, no obstante, que disponer de menos dinero vaya a suponer una reducción en la calidad.

Al contrario. El director defiende que este año tienen "todas las papeletas para que salga mejor", dado que la concordancia de edad y género entre actor y personaje favorecerá su verosimilitud, y porque los dos protagonistas, Don Juan y Doña Inés, se encuentran cursando los estudios de Arte Dramático. "Son casi profesionales", afirma, y señala que, a pesar de que la incertidumbre del cambio de manos del Colón ha entorpecido su aproximación "al gran público", no aguarda una bajada en el número de espectadores. "Espero que no. Por ahora, en las funciones escolares tenemos entre 300 y 400 personas", comenta.

El prestigio de la obra que representan, "un de las más brillantes del teatro español", animará a acudir a la audiencia. También el tirón de una "tradición literaria tan arraigada en A Coruña" como la de la pieza de Zorrilla, que comenzaba a mediados del siglo XIX por el destacado papel de los difuntos en la resolución de la historia, y que se suspendía durante unos años para volver a recuperarse en el 2014.

La obra de mañana será la cuarta tras el restablecimiento de la costumbre. Ricardo Martín espera poder continuarla, como director si las circunstancias se lo permiten, y reconoce que ya tiene algunas ideas rondándole por la cabeza. "El año que viene podría ser un Don Juan universitario. A Coruña no es universitaria, y sería una forma de meterle esa vida a a la ciudad, de relanzarla en ese sentido más allá del botellón", reflexiona.