Más realizada como artista y con mucha ilusión por pisar el escenario. Así afronta Olaya Alcázar su segundo trabajo discográfico, Reborn, un álbum de jazz, electrónica y hip-hop empapado en temas sociales. La artista gallega iniciará con él este jueves su gira nacional de presentación, que empezará con un concierto en el Garufa Club a las 21.00 horas.

- ¿Cómo es ese renacer artístico que plantea en Reborn ?

-Es el renacer de poder hacer lo que siento. De sentirme identificada conmigo misma, con mi música y mis letras. Sin etiquetas y dejando fluir sin miedo.

- Dice que se encuentra más cómoda con las canciones que con las de Aquella vez que decidí... ¿Qué ha cambiado?

- Aquella vez que decidí? fue una época de mi vida muy, muy dura y todo eso se canalizó en el disco. Los artistas que componemos tenemos la suerte de tener a la música de nuestro lado, las canciones nos salvan. A mí me salvaron de muchas cosas.

- En su primer disco la producción corrió de su cuenta, pero en este ha contado con la ayuda de Sergio Delgado, ¿cómo ha sido trabajar con él?

-Ha sido mi mano derecha. Yo grababa las bases desde mi estudio en Madrid y él buscaba los sonidos y hacía los arreglos respetando siempre al máximo mi música. Hemos hecho el disco desde la distancia, y aun así ha sido increíble.

- Es un disco en el que viene pisando fuerte, tanto en ritmos como en temática.

- Reborn se mueve en la dinámica del R&B y Neo-Soul de los 90, con toques de electrónica, hip-hop y pop, pero con el sonido y la fuerza de la música actual. Además, las canciones hablan de temas que creo que son importantes.

- Son temas sociales, como el feminismo y la violencia de género.

-Creo que la música y el arte en general está también para hacernos reflexionar. Como mujer he sufrido y sufro discriminación por serlo y el feminismo es necesario en nuestra sociedad. Y por supuesto, me encanta ver la ola actual de mujeres empoderadas en la música. Me produce orgullo ver como cada vez somos más compañeras las que hablamos de ello.

- También habla de corrupción. ¿Influye lo que se ve hoy?

-Es aterrador ver como otros artistas acaban en la cárcel por escribir letras o poner un tuit y ver como personas que abusan de su poder dejando a gente en la calle y robándoles los ahorros, salen impunes ante tal atrocidad. Para mí era necesario gritarlo en una canción.

- ¿Qué poder tienen las canciones contra estas realidades?

-Nina Simone decía que el deber de un artista es reivindicar, hablar y expresar mediante la música situaciones que nos rodean. Ella luchó contra la segregación y la discriminación hacia la gente de color. Da igual si estás en el primer escalón o en el último como artista. La voz es lo que te hace ser humano, si nos la quitan, no nos queda nada.

- Me hablaba antes de los nuevos ritmos de Reborn . ¿A qué responde esta faceta más bailable?

-Es la energía con la que me siento ahora. Quiero lanzarla desde el escenario y poder levantar a alguien de la silla solo con el groove de la música.

- La pasión por el jazz le viene de su padre.

-Sí, mi padre siempre fue un gran melómano. Cuando era pequeña nos sentábamos en frente del tocadiscos a escuchar todo tipo de música. Un día puso un vinilo de Herbie Hancock y me enamoré.

- Su camino hacia el segundo disco no ha sido sencillo. ¿Hay pocas oportunidades para los artistas emergentes?

-Es muy difícil sacar un proyecto propio adelante. Hay pocas ayudas para la cantidad de artistas emergentes con buena calidad que hay en España. Por suerte, sigue habiendo un circuito underground que lucha por lo que quiere y siente, ofreciéndonos música y propuestas increíbles.