El conocido cantautor gallego Luis Emilio Batallán llega este viernes al Colón para repasar su repertorio en un concierto acústico, en el que no faltarán temas de su popular Aí ven o maio. Junto a él, y también en escena, estará el músico cubano Pablo Milanés, que se unirá a Batallán en un espectáculo presentado desde las 21.00 horas por Manuel Rivas.

- ¿Qué tienen en común Pablo Milanés y Luis Emilio Batallán sobre el escenario?

-Pues mucho. Tenemos mucha relación de amistad. Hemos trabajado juntos en Tu retrato, en Había que chegar, en 70 y 29? Tenemos muchas cosas grabadas.

- Además de música, en el concierto contará anécdotas compartidas con varios poetas. Tendrá muchas.

-Sí, muchísimas. Sobre todo, con Cunqueiro. Cuando grabé Quen puidera namorala no le pedí permiso. La casa discográfica no me dijo nada, y yo no lo sabía, fue todo un poco ingenuo y artesanal.

- ¿No le gustó la canción?

-Le gustaba la canción, pero estaba cabreado por no pedir permiso y no me hablaba. Como se juntó mucho dinero en autores, un día fui y le dije: "Mire, Don Álvaro. Si no firma se pierde ese dinero". Firmó a regañadientes. Empezó a liarse con mi apellido, dijo: "Batallán es de la aristocracia de origen armenio", y yo le dije que creí que veníamos de Noia. Ahora me gusta esto de Lord Batallán, de aristócrata armenio. Pero eso sí, arruinado [ríe].

- ¿Cuándo empezó a ver música en la poesía?

-Dando conciertos por Madrid. Imitaba un poco a Dylan y empecé así, mientras estudiaba medicina.

- Un poco obligado. No le dejaron ser solamente músico.

-Claro, por eso mi carrera fue bastante irregular. Si me dedicara solo a la música, en vez de seis discos tendría diez.

- A esas dificultades se le unió en su caso la situación sociopolítica. Comenzó su carrera aún en la dictadura.

-Sí. Alguna vez dormimos en la Dirección General de Seguridad. Eran tiempos complicados, y cantar en gallego en aquella época era casi un acto revolucionario. Nos cogieron por un concierto en Madrid, en Sol. Pero pasé una noche y nos soltaron al día siguiente.

- ¿Cómo ve hoy la situación de la canción gallega?

-Complicada, como el idioma. Yo creo que no hay suficiente apoyo. Y es una pena, porque cantar en gallego a mí musicalmente me encanta. Pero no veo un apoyo real al gallego en las instituciones para poder sacar discos en ese idioma.

- Pero su trabajo sí lo han reconocido con el Premio de la Crítica Gallega (2017). ¿Cómo cree que ha contribuido a la renovación de la canción gallega?

-Yo creo que he hecho buenas canciones. De hecho, mucha gente hace versiones de mis temas. Eso es una demostración de que, a pesar del tiempo, las buenas canciones quedan. Lo que es difícil en la música es tener temas que suenen bien hoy y que suenen bien dentro de 30 años. Yo creo que eso es lo que he conseguido, y me llena de orgullo.

- Me hablaba antes de Aí ven o maio . Fue el disco más vendido de la historia de Galicia.

-Sí. Con ese disco llegué a muchos sitios que no imaginaba. Por ejemplo, a este concierto viene una chica de Maine, que es muy fan de Aí ven o maio. A veces la música tiene eso, que salta fronteras.

- En su último disco, 70 y 29 , se reinventó. Hay hasta reggaetón, ¿por qué este cambio?

-Se trata de buscar cosas nuevas que enganchen a otra gente que no haya escuchado tu música. Siempre estás reinventándote. A veces aciertas y a veces no, pero la música es así, y los discos también.

- ¿Y con qué tiene pensado sorprender en el siguiente disco?

-Buf, no sé, porque estoy componiendo cosas bastante atrevidas [se ríe]. No puedo decir por dónde saldré, pero estoy siempre buscando cosas distintas y cosas más rítmicas.