Ocurrió en Málaga, hace tres años. Pastora Soler se desmayaba sobre el escenario del Teatro Cervantes, al que se anunciaba que no volvería a salir. Superada por el ritmo frenético de su carrera, la sevillana decía entonces un adiós a la música que parecía definitivo, pero el descanso y la maternidad le han dado fuerzas para volver. Su regreso al mundo de la canción lo hace con La calma, un disco de amor y desamor con el que estará el próximo sábado en Palexco a las 21.30 horas.

- ¿Cómo está viviendo el regreso a los escenarios?

-Muy feliz y emocionada, porque cada concierto está siendo muy especial. Yo siempre me he considerado una artista muy de directos, y sigo en ese disfrute.

- Lo hace con nuevo disco, La calma . El título ya es muy revelador.

-Sí, la verdad es que sí. Para nada es un disco calmado, es muy enérgico, con mucho sentimiento, pero me quedé con ese título porque está concebido y hecho desde una paz que nunca había podido disfrutar, por estar desde muy pequeñita siempre trabajando y compaginando los estudios con esta profesión. El haberme parado, haberme encontrado como persona y contar las cosas que han pasado me han hecho encontrar esa calma en mi vida.

- ¿Qué hay de su retiro en La calma ?

-Hay mucho, pero mirándolo desde el punto de vista positivo. Toda la experiencia y todo lo sacado de bueno de todas las tormentas que nos pasan en la vida?

- Precisamente hay un single que se llama La tormenta.

-[Risas] Claro. Salió así porque todos en nuestras vidas tenemos tormentas, todo no puede ser nunca perfecto. Pero de esas tormentas hay que aprender que después viene el momento bueno.

- ¿Ha cambiado su modo de de enfrentarse a la música?

-En general, sí. Sobre todo, el mayor aprendizaje es intentar disfrutar y que el trabajo te permita vivir. Yo, los últimos años antes de dejarlo, estaba viviendo solamente para trabajar. Tengo muchísima disciplina, siempre me obsesiono mucho con las voces, y me estaba convirtiendo en una máquina de cantar. Por eso la principal lectura es que entre proyecto y proyecto hay que hacer un paréntesis. Ahora me tomo cada concierto como un disfrute. También un hijo te hace equilibrarte bastante en ese sentido.

- ¿Le ayudó mucho la maternidad?

-Sí, claro. Para mí, el momento doloroso de dejarlo me duró poco porque al poquito estaba embarazada. Eso me ha ayudado mucho a ordenar todo. Y lo sigue haciendo. Ahora voy a los conciertos los fines de semana y el lunes está ella y me ayuda a vivir una vida diferente.

- ¿No cuestan más ahora las giras?

-A veces sí todo es más complicado, pero me intento organizar un poco más. Me voy al concierto y vuelvo lo más temprano posible para estar con ella. Las distancias largas me cuestan un poquito más, porque aunque sea ida y vuelta, la distancia me pesa mucho. Por eso intento que sea el menor tiempo y las menores veces posibles.

- La canción que cierra el disco, Estrella , se la dedica a su hija. Y es la única que ha compuesto usted.

-Yo en todos mis discos he compuesto alguna canción y aquí, aunque me llegaban canciones maravillosas, sabía que el tema de ella lo tenía que escribir yo. La verdad es que me costó mucho, hasta última hora estuve cambiando cosas de la letra. Le he dado más vueltas que a ninguna en mi vida, porque todo te parece poco [ríe]. Lo más bonito es que ella es la que termina el tema cantando Estrellita. Ahora no la quiere escuchar, no le gusta [se ríe], pero con los años le gustará.

- Es un ejemplo del amor en el que nada La calma . ¿A qué otros amores le canta en este disco?

-Hay muchas canciones que, aunque sean de amor, me las llevo a la ruptura que tuve con la música, que es otro de mis amores. Pero todos los temas están abiertos para que cada uno los haga suyos. Esa es la magia de la música, que tú escuches lo que te está ocurriendo.

- A usted esa ruptura le ocurrió en Málaga, ¿qué ocurrió?

-Un cúmulo de muchas cosas. Málaga fue un cúmulo de cansancio, de seguir tirando para delante? Esa gira empezó así, estando un poco desilusionada y cansada. Es mejor parar a tiempo, y en Málaga es donde tomé esa decisión.

- ¿Notó más presión con este trabajo por ser el del regreso?

-Intenté quitarme ese tipo de presiones, porque entonces empezaba otra vez mal. He intentado hacer una continuidad, hacer el siguiente disco que hubiera hecho si no lo hubiera dejado.

- Es una actitud que se nota en las letras. "Qué diferente me siento hoy, vuelvo a saber hacia dónde voy", dice en Invencible .

-Sí. En todas las canciones hay connotaciones que me llevo a mi terreno. Vuelves a la vida quizás sea también un canto a eso. Quiero que cada uno se lo lleve a la esperanza de que, cuando hay momentos malos, uno vuelve a levantarse.

- Ante sí la tenía. ¿Fue la fama que le dio Eurovisión uno de los grandes desencadenantes?

-Puede ser de repente haber tenido una presión a la que yo, por muchos años que llevara en esto, no estuviera acostumbrada. Quizá no lo supe gestionar.

- Ahora se acerca la próxima gala, ¿qué le parece la canción que llevamos este año?

-Yo estoy feliz, porque además es de un paisano mío de Coria del Río, Raúl Gómez. Desde que la escuché, la veía totalmente, todo es redondo. Por lo menos todos nos sentimos representados con esta historia y esos intérpretes que hemos visto ir creciendo. Creo que va a ser un papel muy importante en Lisboa.