Soul, funk, ritmos africanos e incluso japoneses. Todo eso se puede encontrar en el último trabajo de Freedonia, Shenobi, un doble álbum dedicado a la libertad de la mujer. El disco, realizado gracias a una campaña de crowdfunding, sonará esta noche en el Playa Club, al que la banda de Maika Sitté llevará su potente directo a partir de las 23.00 h.

- Se atreven con un disco doble, en un tiempo en el que el consumo es muy rápido.

-Al componer todos en la banda, cuando terminamos la gira de Dignity and Freedom nos dimos cuenta de que teníamos muchas canciones. Quisimos hacer algo que nos hacía mucha ilusión, que era un doble vinilo. Como no estamos en la industria tradicional, nos podíamos permitir ese tipo de lujos.

- ¿ Shenobi está hecho para escucharse de otra forma?

-Sí, hemos intentado hacerlo como si fuera una especie de videojuego, dividido en 4 rounds. El hilo conductor es la libertad femenina, y el personaje principal es una mujer que abandona su pueblo y va conociendo la sociedad actual. El disco tiene sentido total si lo escuchas de principio a fin.

- ¿Por qué los videojuegos?

-A nosotros nos encantan. Somos de una generación que bebimos de ellos. De hecho, Shinobi es un videojuego del 86 sobre un ninja que iba rescatando personas. Nosotros cogimos la idea, pero le dimos la vuelta al título y cambiamos la i por la e de ella y nobi, que en japonés significa crecimiento, para hacer un llamamiento a la mujer en crecimiento y libertad.

- Ya la trataban en Dignity and Freedom , ¿les quedaba aún mucho por decir?

-La verdad es que vivimos en un momento brutal, en el que hay que contar cosas que están ocurriendo. Nuestras canciones hablan de eso, del desarrollo personal y la figura de una sociedad más justa en la que hombres y mujeres puedan conseguir sus propósitos.

- ¿Tiene poder una canción contra este tipo de injusticias?

-Yo pienso que la cultura en general es muy importante. A nosotros, como creadores, nos gusta contar lo que ocurre en el mundo en el que vivimos, y sobre todo acentuar el positivismo dentro de todos esos mensajes brutales de la actualidad, confiar en que las cosas se pueden hacer mejor.

- ¿Cómo creen que encara la música estos temas sociales?

-Yo creo que como trabaja es para el capital, la gran industria. Ahora lo que busca es la rentabilidad, más que un trabajo de calidad. Da igual el contenido, da igual que salga una mujer denigrada en un vídeo musical. Nosotros trabajamos desde el deseo de hacer las cosas bien, no simplemente pensando en el dinero.

- ¿Ha sido complicado crecer al margen de la industria?

-Ha sido un trabajo doble. Nosotros trabajamos sin la idea de líder, jugamos siempre a la mejor idea e intentamos aportar todos en la misma dirección. Eso ha hecho que un grupo de 9 personas sea compacto y pueda llegar a autogestionarse, a vivir de ello y a generar ilusión.

- Su compañero, Ángel Pastor, definió este trabajo como "la producción más compleja" que habían hecho, ¿cuáles han sido las complicaciones?

-Sobre todo, el trabajo de pos producción. Casi todos los temas están grabado a la vez, pero también hemos incluido instrumentos diferentes, y un trabajo de producción más minucioso que en el anterior disco. Hemos usado guitarras, teclados distintos, sonido japoneses?

- Y africanos.

-Maika nos ha acercado mucho a África. A la vez nos hemos ido hasta Oriente, incluso hay alguna canción que recuerda a esa versión de Planeta Imaginario.

- Una, Nekopé , la han hecho en bubi. Eso ya es desmarcarse mucho.

-[Risas] Es que la familia de Maika habla el bubi, porque ella es de Guinea Ecuatorial, y era el idioma de sus padres. Quisimos hacer un guiño a ese pueblo, es una parte muy importante del disco.