Tuvieron que pasar más de tres décadas para que Lady Chatterley, el personaje creado por el escritor D. H. Lawrence, pudiese librarse de la censura. La protagonista de El amante de Lady Chatterley había nacido en una Inglaterra democrática, de principios del siglo XX, pero contraria todavía a permitir que cualquier cosa, incluida la literatura, hiciese peligrar los cajones en los que debía permanecer cada género. "El libro se vendió como una novela erótica, pero se prohibió porque es una mujer que lucha por su libertad, por su sexualidad y por su derecho a decidir sobre sí misma", afirma Ana Fernández, la actriz que dará vida a la aristócrata este jueves en el Teatro Rosalía.

A partir de las 20.30 horas, la intérprete se meterá en la piel de una mujer cuya historia fue tachada de inmoral. Lo hará a través del texto de Roberto Santiago El lunar de Lady Chatterley, que continúa la novela de Lawrence aventurando lo que podría haber sucedido tras el relato del autor sobre las relaciones extra matrimoniales de su protagonista. "La obra la sitúa un año y medio después, defendiéndose de un tribunal de hombres por una demanda de su marido", explica la sevillana, que señala un paralelismo entre el juicio que se representa y el juicio moral que históricamente han sufrido las mujeres.

Como Lady Chatterley y como actriz, Fernández se enfrenta a ambos. Afirma la artista que el público juzga tanto a la aristócrata como a quien la interpreta, sintiéndose como "parte del tribunal" que se construye en la obra. "En el público estará el juez, el fiscal, el abogado... Los espectadores son el jurado, se rompe la cuarta pared", dice la actriz que indica, entre risas, que hasta el momento las dos han "salido bien paradas".

Lograrlo, sin embargo, no ha sido sencillo. La sevillana enfrenta en su monólogo un texto lleno de complejidades y frases interrumpidas, que termina con el recital de más de un centenar de adjetivos. "Lady Chatterley es una mujer muy rápida. Tenía que agarrarme a ella para llegar a su libertad de pensamiento", explica Fernández, que construye entre acotaciones y puntos suspensivos, un discurso, no solo sobre los derechos de la mujer, sino sobre los de todos los seres humanos.

El detalle es, de hecho, uno de los puntos clave de la pieza. La intérprete no duda en señalar El lunar de Lady Chatterley como "una obra feminista, escrita por un hombre con alma feminista", pero que ha sido capaz de traspasar con sus palabras la frontera de la diferencia de sexos. "Tiene que ver con el género, pero va más allá. Roberto escribe una obra que reivindica algo que nos atañe a todos: la libertad", comenta la actriz, que asegura que la entrada en el siglo XXI no ha convertido la demanda en una reivindicación obsoleta.

La situación actual de la mujer, en la que "se ha avanzado, pero no tanto como deberíamos", contribuye a ello. "Las mujeres siguen siendo injustamente tratadas y siguen muriendo a manos de sus parejas. Hay que seguir luchando", dice la actriz, poniendo como ejemplo la huelga feminista convocada este jueves con motivo del Día Internacional de la Mujer. "Se está planteando un parón para ver qué pasa. Si las mujeres se paran, el mundo se para", añade.

¿Y en el teatro? ¿Qué les ocurre a las mujeres allí? La caducidad sobre las tablas que supone la edad en la figura femenina, y la mayoría de papeles masculinos son los frentes centrales que existen para Fernández en el mundo de las artes escénicas, en el que deberían, dice, existir muchas más "Lady Chatterleys". "Las historias de mujeres funcionan muy bien, y sin discriminar las edades. Cuando tienes 40 años parece que no cuentas, pero las obras que más han calado son de mujeres maduras", dice la actriz, que, a pesar de lo señalado, confía en un futuro mejor. "Hay esperanza. Sin esperanza no se puede seguir, pero sin lucha no hay triunfo".