"Tengo recuerdos memorables de A Coruña, ese vínculo no se ha roto jamás", dice Luz Casal cuando se le menciona Galicia. La artista, nacida en Boimorto, regresa el próximo sábado a la ciudad tras cuatro años de ausencia con su nuevo trabajo Que corra el aire, en el que habla de libertad, recuerdos, despedidas y verdad. Un proyecto que afronta con "un deseo enorme de ver la respuesta de la gente", y que compartirá con el público del Palacio de la Ópera a partir de las 20.30 horas.

- ¿ Que corra el aire es un disco de renovación?

-Lo que sé es que es un disco que me ha quedado muy bien [se ríe]. Eso es lo más franco que puedo decir ahora mismo. No es tanto que estilísticamente haya variado, pero tiene la particularidad de que refleja lo que ha sucedido en mi vida. Por ejemplo, si digo Tanto ruido es que estoy mosqueada con tanto estímulo exterior que no me deja dedicarme a mí misma. Lo que sé es que estoy muy satisfecha, ha sido un trabajo elaborado en el tiempo.

- Cinco años desde el último.

-Sí. En ese sentido, soy muy afortunada de hacer las cosas en los tiempos que piden las canciones. Les dedico el tiempo que sea necesario.

- ¿Las buenas canciones tienen que reposar, como el vino?

-Sí, ese término está muy bien. A lo largo del tiempo, me he dado cuenta de que es necesario que las canciones reposen. A veces tienes un impulso, una rabia o unos sentimientos, y los expresas, pero pasa un tiempo y dices: "esto ya lo hice, o no está bien expresado".

- Aquí habla de libertad, de tiempo, de amor? Parece un canto a la vida.

-Siempre. En todos los discos, aunque hayan tratado temas con una cierta amargura o tristeza, al final se compensan con otras canciones que apuestan por una actitud vital de: "Venga, mañana será otro día". Hablo del tiempo, sí, de la misma manera que, desde hace muchos años el mar está presente. No lo puedo evitar. Si sigo mi instinto, el mar acaba siendo un paisaje al que recurro bastante a menudo.

- También pone partitura a las despedidas. ¿La música es su forma de asimilar el dolor?

-No estoy siempre echando fuera las cosas que me preocupan, pero cuando tienes un dolor? Aunque aquí no hay dolor, desde mi punto de vista. Lucas no es una canción triste, es absolutamente esperanzadora. Tú puedes perder a una persona físicamente pero su presencia está en tantos sitios y de manera tan intensa que no hay drama. Y yo, cuando he tenido dolor, lo he matizado. Entre mis recuerdos, que es la pérdida de mi padre puesta en letra, no está dicho: "Me muero de pena". Al revés, recurro a los recuerdos, que eran buenos.

- Meu pai lo mira desde el presente.

-Es una somerísima biografía de él y mi relación con él, en la evidencia de que yo soy mucho más parecida a él de lo que nunca pude imaginar. Y eso es una evidencia que tengo de manera palpable en estos últimos años.

- ¿Le representa tanto como Entre mis recuerdos ?

-¿Qué no te representa? Yo no soy una cantante que hace las cosas porque las tiene que hacer, sino porque necesita hacerlas. Cualquier canción me representa, incluso el homenaje a Mari Trini, porque su letra representa mucho de lo que yo pienso en relación al amor. Describe el amor como un niño al que hay que enseñar a andar, al que hay que dedicarle tiempo. Tienes unas imágenes preciosas, y me representa. Pero es que yo no canto ninguna canción que no tenga algo de mi personalidad, de mi búsqueda, de mis ideas... Cualquier tema que he grabado hasta hoy me representa de un modo u otro.

- Pero mencionó que era el tema con el que más se identificaba.

-Porque es un aspecto íntimo. Es una letra que habla de algo personal, y tengo un vínculo muy fuerte con ella. Pero me puede representar una canción que yo no he compuesto, como No me importa nada. Porque es verso a verso lo que yo pienso, que llegado un momento no hay nada o nadie que te importe.

- El single es una oda al refugio, ¿lo ha necesitado en su carrera?

-No es una oda al hogar, es el refugio donde no hay envidias, que es otro tema, la búsqueda de la verdad. En general, la gente, o no acepta que seas diferente en ciertas cosas, o es demasiado proclive a: "Ay, qué alta eres, o qué morena eres". Yo me he acostumbrado a recibir muy bien el aplauso, pero que digan que soy la mejor me hace sentir incómoda.

- ¿No le gusta ser un referente?

-Creo que hay que tener mucho cuidado con los piropos, porque al final acabas acostumbrándote a ello y eso, en mi trabajo, es peligroso. Es lo que tiene dedicarte a una profesión en la que cuenta mucho la opinión de los demás. Cuando es muy mala, te puedes venir abajo. Así que tienes que guardar un equilibrio.

- Y una libertad. Usted la ha mantenido a lo largo de su carrera. Imagino que no sería fácil, sobre todo al principio.

-Al principio, en el medio y al final. No es fácil. Cuando tienes la posibilidad de hacer lo que quieres tienes muchas veces que luchar por conseguirlo. Ha habido momentos duros, difíciles, pero nunca me ha preocupado si he estado de moda. Cuando hice el disco La Pasión, eso de mezclar estilos era algo difícil de asimilar, y mira, con el paso del tiempo, la gran mayoría de la gente lo hace. Si eres el primero, tu postura es arriesgada. Tienes la dificultad de no ser bien entendida.