Hace más de cuatro años que Javier Martín incorpora a su público en el proceso de creación de sus coreografías. "Ya no podría trabajar de otro modo", asegura el bailarín coruñés, que estará los próximos 4 y 5 de abril en el Teatro Colón para pulir los últimos detalles de su nuevo proyecto. A lo largo de dos sesiones, que comenzarán a las 20.00 horas, el artista compartirá con los espectadores las entrañas de su Método negro, una pieza que abrirá a la crítica como parte de la residencia otorgada por el Colón a través del Colectivo rpm.

Las dos jornadas se centrarán en distintos aspectos de la obra. La primera sesión estará protagonizada por la coreografía, de la que se compartirá un fragmento para buscar las sugerencias de los asistentes. "Queremos que se genere un debate sobre la idoneidad de la obra. Ver si conmueve, si va bien de tempo...", explica Martín, que asegura que esta "investigación en comunidad" le permite "trabajar con un cuerpo ampliado" con el que descubre "información" que después puede ofrecer.

Método negro es la coreografía en la que más ha empleado esta técnica. Gracias a ella, Martín afirma que la pieza ha adquirido "una mayor potencia", y un movimiento que "interpela de un modo más vivo" al público. "En mis inicios estaba muy encerrado en mí mismo. Esta forma de despersonalizarse en un ejercicio de madurez artística", dice el bailarín, que compartirá el proceso creativo de su obra en la segunda jornada de puertas abiertas.

La tarde del viernes 6, los espectadores podrán ver la carga de trabajo que esconde la pieza. El coruñés lleva trabajando en ella alrededor de un año, en el que ha explorado los pilares centrales de Método negro en puntos tan dispares como Ucrania, el Museo do Chopo en Ciudad de México, la cámara anecoica de la Universidad de Vigo y la Escola Técnica Superior de Arquitectura A Coruña. "La idea del tiempo" y "la ausencia de las cosas que siguen influyendo nuestro devenir cotidiano" tras marcharse son los dos pilares de la coreografía que Martín continúa explorando a día de hoy, y que trata de llevar a escena con la ayuda de la iluminación y la escenografía. "Estoy trabajando mucho con las sombras. Va a haber muchos elementos en los que proyectaremos siluetas, que son como el vacío de las cosas", adelanta el coruñés, que ya tiene el proyecto "muy avanzado".

Las últimas pinceladas se las dará en su periodo de residencia en el Colón. El programa, que comenzaba este lunes, le servirá a Martín para ultimar los detalles antes del estreno del 12 de mayo en el Rosalía junto al iluminador Octavio Más, así como con grupos de diferentes centros coruñeses. Alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, del Ánxel Casal de Monte Alto y del Conservatorio de Danza se encontrarán con el coreógrafo en diferentes puntos del proceso hasta el próximo 6 de abril, momento en el que finalizará la residencia. La tarde anterior, durante la segunda sesión abierta al público, se proyectará también la película de Tono Mejuto qviasma, dedicada al peculiar método de trabajo del bailarín.