"Yo solo sé hacer música", dice franca Carmen Rey, y después suelta una carcajada. Detrás de ella, se esconden 30 años dedicados al escenario, desde ese primer concierto a los 18 en el Jazz Filloa con el que se estrenaba en el mundo del soul. Hoy, la artista se encuentra en plena efervescencia de proyectos. "Los autores necesitamos refrescarnos", justifica la coruñesa, inmersa en la vorágine de sus tres grupos en activo y su propia carrera en solitario.

Al fruto de esta última, Mañá, le ha puesto ahora traje nuevo. Mañana a las 18.30 horas en el Picadilly (Marina, 2), la cantante interpretará por primera vez en la ciudad los temas de su álbum más reciente, con un formato acústico apoyado tan solo en las voces de Sara Lorenzo y Ángeles Dorrio, y un piano. El instrumento y la relación de Rey con él es, en parte, el responsable de este cambio de sonido. "En el Conservatorio le cogí demasiado respeto, tenía que superarlo", cuenta la cantante, orgullosa del ambiente "más íntimo" que logra en la versión renovada.

Su gira de presentación coincide en el calendario con su trabajo en un nuevo disco de Sisters in the House. Tanto el pasado año como el actual, la cantante salía nominada a los Martín Códax con este coro, así como con su candidatura y la de Ejazz, que resultaba premiada. Este 2018, la artista espera volver a hacerse con el galardón, pero bajo su nombre. Con él se bate en la categoría de Blues, Funk y Soul, "una competencia dura", que ya es de por sí, sin embargo, "un premio".